Mi vida es un proyecto de Dios

(escrito por Daniel Bourdanné, Secretario General IFES)

«Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:

todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos

Salmo 139:13-16

En 1982, era un estudiante en la Universidad de Lomé en el Togo. El curso era muy difícil (solo un 7% u 8% de los estudiantes conseguían aprobar los exámenes de fin de curso). Para mí, además se trataba de un tiempo de crisis personal: ¿Qué debía hacer con mi vida? ¿Cuál era el propósito de mi vida? Tenía grandes sueños. Uno de ellos era convertirme en profesor universitario y recibir una cátedra antes de cumplir los 32. Pero mis «grandes sueños» fueron interrumpidos por una guerra civil en mi país, por lo que tuve que pasar dos años sin estudiar. Incluso cuando volví a estudiar de nuevo, aún me acechaba la pregunta: «¿Por qué permitió Dios que mis estudios fueran interrumpidos? De hecho, a pesar de mi fe en Dios, mis planes de futuro siempre se habían centrado en mí mismo.

Un día, recibí un mensaje de una hermana y amiga. Ambos pertenecíamos al CU y solíamos compartir y orar juntos de vez en cuando. Ese día, me escribió una carta para animarme que contenía estas palabras del salmo 139.

BildDanielkleinEvidentemente, yo ya había leído este pasaje antes pero, ese día, las palabras cobraron un nuevo sentido para mí. Mientras leía estos versículos, primero sentí como si me hubiera quedado congelado, sin poder moverme, como si acabara de descubrir algo muy importante. Al fin, un río de sentido, comprensión y significado empezó a manar del pasaje. Fue una revelación abrumadora para mí y que cambiaría el curso y el sentido de mi vida. ¡Al fin! Dios me había iluminado; había abierto los ojos de mi corazón frente al verdadero sentido de mi vida.

Yo no soy ni el producto del azar ni la expresión de la vanidad de la vida. ¡Soy mucho más! Soy individualmente amado por Dios, por el Dios infinito. Al ser creado a su imagen, reflejo su belleza a pesar de la fealdad que las marcas de los mordiscos del pecado han dejado en mí. Mi vida es un proyecto de Dios, un proyecto grande y bueno a los ojos de Dios, aunque yo no me hubiera dado cuenta de ello hasta entonces. Antes, estaba haciendo mis propios planes; soñaba en convertirme en alguien importante sin tener en cuenta a Dios.

Este pasaje era, además, una invitación clara y específica de Dios para que me pusiera completamente a su servicio. Si Dios me conoce de manera tan absoluta, si mi vida es su proyecto, ¿no es Él el mejor guía para mi presente y mi futuro, que Él va desplegando? Sentí que este era un pasaje de llamado y consagración a Dios y aún es una fuente de ánimo para mí a día de hoy. Cuando me encuentro ante los dilemas de la vida, este pasaje me recuerda que tengo que dirigir mi mirada a mi creador para ser guiado en el camino correcto. Él es quien va desplegando nuestras vidas.  Este pasaje procedente de los Salmos me envuelve una y otra vez. Sea Dios alabado por su palabra viviente y dadora de vida.

Daniel Bourdanné, daniel.bourdanne(at)ifesworld.org