¡¿Le han dejado solo?!

En la comunidad cristiana se nos habla de la importancia de pasar tiempo a solas en la Palabra de Dios.

A veces se nos da formación en la lectura personal de la Biblia.

A veces nos dejan solos para vivir este aspecto importante de su vida.

Quizá su contexto sea diferente, pero parece que esto ocurre con frecuencia. A solas, muchos estudiantes luchan. Quieren pasar tiempo en la Palabra de Dios, pero se encuentran con muchos obstáculos. ¿Deben sobreponerse a ellos solos? Por definición, la lectura bíblica es algo que hacemos solos. ¿Significa acaso que debemos luchar solos?

La primavera pasada, un estudiante suizo envió un cuestionario acerca de la lectura de la Biblia a estudiantes en Suiza y Francia. Una de las preguntas era: ¿Qué les animaría a leer la Biblia?

Muchas de las respuestas apuntaban a la misma dirección:

  • “Definir un pasaje bíblico de antemano que todo el mundo deba leer durante la semana y compartir acerca del texto la próxima vez que nos reunamos.”
  • “Decidir usar el mismo plan de lecturas en nuestro grupo estudiantil. Todos leemos los mismos pasajes y entonces compartimos acerca de ellos. Creo que esto sería muy motivador.”
  • “El tener amigos que leen el mismo pasaje bíblico el mismo día. Eso me daría mucha presión positiva.”
  • “Establecer todas las semanas mini-grupos de dos personas que lean el mismo pasaje bíblico y que compartan acerca de lo que han leído.”

Otras respuestas fueron muy parecidas. Estos estudiantes quieren un contexto de comunidad para sus lecturas personales de la Biblia. Sus sugerencias merecen ser probadas. Recientemente, un estudiante escribió diciendo que él y un amigo suyo leen un capítulo de la Biblia al día. Durante el día, se intercambian mensajes de texto acerca de sus lecturas. Él comparte: “Compartir nos ha ayudado mucho a disfrutar de la lectura de la Biblia.”

Estas no son las únicas formas de crear un contexto comunitario para la lectura personal de la Biblia. ¿Qué otras experiencias o ideas le vienen a la mente?

Tiempo a solas en la Palabra de Dios. Tiempo para profundizar en la intimidad de nuestra relación con Jesús. Tiempo para detenernos, recibir y recuperar la perspectiva en nuestras vidas diarias. No nos dejemos solos en esta faceta tan importante de nuestra fe.

Sabine Kalthoff