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Escuchar las preguntas que surgen a nuestro alrededor


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¿Qué tipo de preguntas están surgiendo en estos tiempos? A continuación, podrán ver un posible ejercicio que he realizado para resaltar algunas de las preguntas que han surgido al prestar atención en mi propio contexto. Quizás sería un buen ejercicio intentar identificar las preguntas que están surgiendo en sus propios contextos. ¿Cómo nos ayuda la historia bíblica a conectar y responder a estas preguntas?

  1. Preguntas sobre la condición humana

a. En estos tiempos, cobran importancia las preguntas sobre la superioridad humana y el nivel de control que realmente tenemos sobre nuestra vida. Hemos tenido que enfrentarnos a nuestras limitaciones, a nuestra vulnerabilidad como criaturas y a la incertidumbre y naturaleza imprevisible de la vida humana. Esto también nos lleva a hacernos más preguntas sobre el significado y el propósito de la vida humana.
b. Al estar viviendo en aislamiento social forzado, han cobrado especial importancia las narrativas de nuestra sociedad sobre nuestro individualismo humano y estilos de vida autónomos y autosuficientes. Nos hemos dado cuenta más que nunca del valor de la comunidad y que nos necesitamos los unos a los otros, y que somos seres intrínsecamente sociales en lugar de criaturas autónomas. Por ejemplo, en vez de “distanciamiento social”, se quiere utilizar el término distanciamiento “espacial” o “físico”.


  1. Preguntas sobre teología cristiana, disciplinas y comunidad

a. Iglesia virtual: Hemos tenido que cuestionarnos lo que significa la iglesia al tener que reunirnos de forma virtual. ¿Nos perdemos algo al reunirnos de forma virtual? ¿Ha mejorado algún aspecto de la vida eclesial?
b. Cómo leemos las Escrituras: ¿Hemos tenido que replantearnos lo que queremos decir cuando hablamos sobre la protección y la seguridad de Dios? ¿Una pandemia nos muestra que la venida de Dios es inminente o hay otras formas de abordar la escatología?
c. Prácticas de iglesia olvidadas: ¿Hemos dejado a un lado algunas formas de discipulado cristiano (por ej. el lamento) en nuestra vida cristiana? ¿Por qué y a qué precio? ¿Cuál es la relación entre la duda y la fe?
d. Profundizar en nuestra teología: ¿Cómo conciliamos la bondad de Dios y la presencia del mal y del sufrimiento en el mundo? ¿Nuestra búsqueda colectiva de una vacuna demuestra que confiamos más en la ciencia que en Dios?

  1. Preguntas sobre las sociedades en las que vivimos

a. Efectos de la pandemia: Mientras que la pandemia no discrimina, ¿afecta a algunas partes de nuestra sociedad de forma desproporcionada? ¿Qué revela esto de la disparidad que existe en nuestra sociedad?
b. Temas ocultos: ¿Qué temas han salido a la superficie en nuestras diferentes sociedades durante este tiempo? (Por ej. violencia doméstica, discriminación/estigmatización racial o étnica).
c. Crisis de liderazgo: ¿Qué puntuación les darían a los gobernantes en tu sociedad? ¿Qué aspectos clave del liderazgo les faltan? ¿Cómo han utilizado la pandemia para conseguir sus fines políticos?
d. Preguntas sobre el valor: ¿Qué ha revelado la pandemia acerca del sistema de valores de nuestra sociedad? ¿Hemos tenido que depender de algunos segmentos de nuestra sociedad que normalmente dejamos de lado? (Por ej. comerciantes, basureros, repartidores, inspectores de sanidad pública, etc.).
e. Preguntas sobre la estructura de la sociedad: ¿Hemos excluido al medio ambiente/criaturas no humanas cuando hablamos de crear o desarrollar la sociedad? ¿Qué límites estamos dispuestos a ponernos para que podamos vivir más en armonía con el resto de la creación? ¿Qué modelos sociales o económicos necesitan ser cuestionados? ¿Necesitamos comenzar otro movimiento de Jubileo declarando una moratoria en la deuda nacional?

Yohan Abeynaike, GS FOCUS Sri Lanka

El compromiso con las Escrituras y el contexto

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Dios es un Dios de revelación: por medio de su Palabra se revela a sí mismo y sus propósitos. Es maravilloso que Dios nos invite a conocerlo, a saber más de Él y a amarlo por medio de las Escrituras. Al responder a esta invitación y conectar con Él en Su Palabra, es útil reconocer que somos una gran diversidad de pueblos, tiempos y contextos. Tenemos que considerar con fe y fidelidad cómo nos acercamos, vemos, interpretamos, entendemos y conectamos con la Palabra de Dios para nuestra vida.

En Hechos 3:12-26 y 17:22-31 podemos encontrar ejemplos clásicos de cómo tomarse en serio el contexto y las preguntas de las personas cuando presentamos el evangelio.

Cuando el grupo de trabajo se reunió para reflexionar y debatir sobre este tema, pensamos que sería importante centrarnos en cómo nuestro contexto contemporáneo afecta a la forma en la que leemos, interpretamos y vivimos la Palabra de Dios. Lo hacemos en la gran variedad de contextos donde vivimos y donde queremos ser fieles al Señor, interpretando “rectamente la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15) y con nuestros pensamientos, palabras y comportamiento transformados por Dios por medio de su Palabra y de su Espíritu.

Al reflexionar y debatir cada vez más en nuestra comunidad global sobre “El compromiso con las Escrituras y el contexto”, esperamos poder reconocer nuestros puntos ciegos: cosas que no vemos a causa del entorno en el que vivimos o en el que hemos crecido, es decir, cosas sobre Dios, sus propósitos o nosotros mismos. Al aprender unos de otros en nuestra comunidad internacional, esperamos evitar algunos posibles riesgos: una hermenéutica selectiva determinada por unas preguntas definidas por la cultura que llevan al etnocentrismo y al relativismo; o un “encarcelamiento”/sesgo cultural que nos lleve a no leer las Escrituras de una forma rica e incluso dejando a un lado partes que no parecen ser relevantes (en nuestra propia opinión). En Jeremías 36 tenemos un ejemplo extremo de esto: ¡echen un vistazo a lo que hizo el rey Joacim!

Creemos que es importante crecer en cómo usamos las Escrituras desde nuestro propio tiempo y contexto y a la vez en cómo nos volvemos cada vez más conscientes de cómo la Palabra nos “lee” a nosotros y conecta con nosotros. A medida que leemos y somos “leídos”, a medida que vamos participando, Dios nos transforma a nosotros y a nuestro contexto/comunidad.

Cuando conectamos con la Palabra, creemos que estamos conectando con Dios mismo por medio de las Escrituras, con Jesús, la Palabra Viva. Por lo tanto, podemos esperar que Él conecte con nosotros y esta experiencia no nos dejará indiferentes ni a nosotros ni a nuestra comunidad.

Surge una gran variedad de preguntas sobre nuestros diferentes contextos y debemos prestarles mucha atención cuando nos adentremos en las Escrituras. Al mismo tiempo, surgen otras preguntas o encontramos respuestas que no esperábamos en la Palabra de Dios. De las Escrituras surgen asuntos y preguntas que quizás la gente no se esté haciendo. Por lo tanto, cuando leemos las Escrituras, lo que a veces está completamente aceptado en nuestro contexto es cuestionado y puesto en duda.

Cuando alguien lee las Escrituras, no solo es desafiado y transformado personalmente, sino que también es retado a ser un agente de cambio y transformación en el contexto y en la comunidad en la que vive.

Al final, cuando nos dedicamos a estudiar la Palabra en serio, debería llevarnos a descubrir el corazón y la mente de Dios para nuestro mundo: el Señor que es misionero, que transforma y reconcilia al mundo con Él por medio de Cristo.

Oramos para que, a medida que vamos prestando más atención al contexto contemporáneo en el que vivimos, creceremos para ser una mejor comunidad global de hermenéutica, aprendiendo unos de otros y compartiendo el evangelio fielmente por todo el mundo en cada uno de nuestros contextos.

Coordinadora del Compromiso con las Escrituras en IFES Eurasia (no compartimos su nombre al estar en un país sensible) y Ricardo Borges (Secretario Asociado de IFES para el Compromiso con las Escrituras)

Invitado a la misión de Dios

“Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.
(…) Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.”

Juan 17:18; 20:21

Estos dos versículos me cambiaron la vida. Ocurrió cuando me uní al grupo estudiantil de ABUB Brasil, en mi primer día en la universidad de Sao Paulo. Acababa de empezar mis estudios en ingeniería agronómica.

Ya era creyente. En realidad, tuve el enorme privilegio de criarme en una familia cuya fe me llevó a amar al Señor a través de las Escrituras. Durante toda mi infancia y mi adolescencia, recuerdo bien la tradición familiar de leer la Biblia y orar juntos antes de irnos a dormir. Mi padre ha sido pastor durante más de cincuenta años. En cuanto fui capaz de leer me pedía que leyera la Biblia en las visitas pastorales habituales que hacía a las familias.

Pero al ir a la universidad en otra ciudad, alejado de mi familia y con tan solo 17 años de edad, me vi expuesto a unos retos enormes. En esta situación el grupo estudiantil de ABUB Brasil se convirtió en el lugar donde creció mi fe y dónde podía conectar con la misión; especialmente con la misión de Dios en mi contexto. Y junto a mis hermanos y hermanas, crecí en el amor por nuestro Señor.

Las verdades esenciales empezaron a crecer y arraigarse en mi vida, despacio pero sin detenerse. En primer lugar, Dios es el origen de nuestra misión. Es Su misión y tenemos el gran privilegio de participar en ella. Esto me tocó de una forma muy profunda y pude comprender que Jesús había sido enviado a este mundo y que Él nos envía a nosotros, estableciendo su propia misión como nuestro modelo a seguir. En segundo lugar, para comprender lo que Dios quiere de nosotros, necesitamos profundizar y tener un encuentro redentor con Jesús, a través de las Escrituras. En tercer lugar, obedecer a Dios implica ser enviados por Él a fin de conectar, a todos los niveles, con el mundo que nos rodea, con nuestro propio contexto, con la gente y con los retos que afrontamos a diario en nuestra realidad.

Dios es el centro y el origen de la misión. Jesús es tanto nuestro Salvador como nuestro ejemplo en la misión, mostrándonos una misión que conecta en profundidad con las personas y el contexto que nos rodea. Estas pequeñas, pero profundas enseñanzas, han sido importantes en mi vida, así como la obediencia en la misión a lo largo de estos años.

Ricardo Borges, Ricardo.Borges(at)ifesworld.org
Secretario Asociado para el Compromiso con las Escrituras.