Caminando juntos

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

 «Los amigos espirituales nos ayudan más cuando tienen claro que su trabajo es señalar el camino, pero no dirigirnos». (David G. Benner)

«Un amigo es alguien que conoce la canción de tu corazón y puede cantártela cuando hayas olvidado la letra». (Anónimo)

UN PEREGRINAJE

El acompañamiento espiritual es un CAMINAR de dos amigos o de un pequeño grupo de compañeros que viajan juntos. Según la vida se despliega, pasamos por momentos de gozo, pena, obstáculos y emociones, y la vida se va convirtiendo en un CAMINO DE DESCUBRIMIENTO. Descubrimos dónde estamos, lo que Dios está haciendo y lo que nos está invitando a hacer.

El acompañamiento espiritual añade una profundidad triple a nuestro peregrinaje por los distintos terrenos de la vida. En primer lugar, nuestros acompañantes se convierten en nuestros SITIOS SEGUROS en los que podemos ser nosotros mismos y relatar nuestras historias, independientemente del estado en el que nos encontremos. Mientras relatamos nuestro camino, se vuelven también nuestros EQUIPOS DE BÚSQUEDA de Dios. Buscamos y descubrimos dónde está Dios en nuestra historia y reconocemos lo que está haciendo. Por último, se convierten en nuestras SEÑALES, señalando a Dios, volviéndonos a la canción de nuestro corazón y cantándonosla.

LA BÚSQUEDA DEL PEREGRINO…

La ADVENTURA del acompañamiento espiritual empieza por VIAJAR CON DIOS (viviendo nuestras vidas como peregrinos y no como turistas). Como peregrinos en nuestro camino, nos preguntamos: «¿Dónde está Dios en esta experiencia?».

Podemos empezar preguntándonos: «¿Qué nos ha aportado más a la vida?» «¿Qué nos ha aportado menos a la vida?». Estas preguntas nos ayudan a conectar con nosotros mismos y con dónde estamos. De ahí en adelante, nos podemos preguntar: «¿Dónde están las huellas de Dios en todo esto?». Las PREGUNTAS se convierten en las llaves que nos abren las puertas.

Podemos embarcarnos a responder a estas preguntas por nosotros mismos, pero los compañeros espirituales son otro par de ojos, oídos y corazones que nos proporcionan seguridad para buscar a Dios obrando y para sostener las señales para guiarnos. Según progresamos, podemos ir de fortaleza en fortaleza (Salmo 84:7).

UN VIAJE A LA RECUPERACIÓN…

Según crecemos y florecemos en Asia del Este, nos preocupa DESVIARNOS DEL CAMINO. Podríamos acabar pensando que lo hemos logrado solos, basado en los buenos programas. O podríamos desanimarnos en situaciones pioneras al pensar en las cosas que son, sencillamente, imposibles o demasiado. Por tanto, recordamos el legado que recibimos de nuestros padres espirituales, especialmente, Koichi Ohtawa San. Koichi siempre le hacía esas preguntas a los obreros y a los movimientos.

Como Equipo Regional, hemos decidido buscar de forma intencional a Dios obrando… Se ha convertido en una cosa natural preguntarnos unos a otros: «¿Qué ha estado haciendo Dios?». Como movimientos nacionales, también nos hemos convertido en acompañantes de los demás movimientos. ¡Qué riqueza tienen las HUELLAS DE DIOS en toda Asia del Este!

                                                                                                                        Annette Arulrajah,
Secretaria General Asociada de IFES