Escrito por Daniel, estudiante de Timor Oriental
¿Cómo podemos cambiar nuestra forma antigua de vivir y empezar a vivir una vida nueva? Nuestros propios esfuerzos no son suficientes para vencer a la oscuridad. Especialmente si tenemos recuerdos que se quedarán con nosotros hasta que nos muramos. Yo luchaba con recuerdos así que me perseguían.
Mis amigos decidieron entregar su vida a Dios plenamente y me inspiraron a hacer lo mismo. Al mismo tiempo, sentía un hambre y un vacío interior; como si estuviera a punto de ahogarme. Una noche empecé a anhelar leer la Palabra de Dios. Mientras caminaba por la calle esa noche, llegué a un cruce y giré en dirección a la casa de uno de los obreros. Le pregunté si podíamos estudiar juntos la Palabra de Dios y él aceptó encantado. Nuestro viaje por el Evangelio de Lucas duró unos cinco meses.
A lo largo del estudio, fui inspirado por el carácter de Jesús y por cómo la vida de las personas cambiaba después de tener un encuentro con él. Vi cómo Jesús restauraba la dignidad de las personas, como cuando sanaba a las personas ciegas. También vi cómo estas personas se sintieron profundamente conmovidas por lo que Jesús hizo por ellos. Algo que me impresionó mucho fue que Jesús vino del cielo a vivir una vida sencilla entre nosotros. No escogió vivir como un mago que hacía espectáculos. Aprendí que la clave para la transformación en mi vida es tener FE en Jesús.
El Evangelio de Lucas cambió mi manera de pensar. Entendí que la vida no se trata solo de conocer a Dios con la mente, sino también con el corazón. Aprendí a abrir mi vida para que Jesús me llenara y su luz brillara en mí. También empecé a darme cuenta de que no sería justo callarme sobre lo que el Espíritu Santo había hecho en mí.
Empecé a notar que mis amigos tenían el mismo deseo de leer la Palabra; los temas de la vida y de Dios empezaban a aparecer en nuestras conversaciones y en las redes sociales. Así que no dudamos en formar un pequeño grupo de estudio bíblico. He visto cambios en mis amigos: tienen nuevos valores en su vida y ven la vida de una manera diferente ahora.
A medida que voy conociendo más a Cristo, Jesús me va ayudando a ordenar todo lo que tenía acumulado del pasado y que había intentado esconder. Es una experiencia dulce a la vez que dolorosa. Pero aunque sea dolorosa, sé que Cristo está conmigo y que este proceso es necesario si quiero vivir una vida recta. El trabajo con Jesús siempre estará en proceso hasta el día en que lo vea cara a cara. Describo este proceso de la siguiente manera: “Transformación no solo se trata de cambio, sino también de construcción”.
Testimonio traducido al inglés del tétum