(escrito por Savithri Sumanthiran, Secretaria Regional para el Sur de Asia)
“பரலோகத்தில் இருக்கிற எங்கள் பிதாவே” fue la primera oración cristiana que aprendí en mi vida. No sé si mi memoria me falla, pero según lo recuerdo, ¡aprendí el Padre Nuestro primero en tamil en un libro Lady Bird! Desde entonces, el Padre Nuestro siempre ha sido uno de mis pasajes preferidos.
Moldeando una relación de intimidad con Dios…
En mis primeros años, esta oración estableció una rutina de oración para mí. Sin hacer preguntas, sin demandar respuestas. Cómo niña, sencillamente la recitaba. Según fui creciendo, esta oración se convirtió en el pilar de mi vida de oración: el lugar donde tenía conversaciones y discusiones con Dios; la plataforma desde la cual podría orar en momentos en los que Dios parece distante y la oración se torna imposible.
Moldeando el carácter en la presencia de Dios…
En mi adolescencia, luché por primera vez con una de las frases de esta oración. Había experimentado dolor a nivel personal, que culminó al verme confrontada por un mundo que se había vuelto inseguro de repente. Luché para comprender lo que significa orar “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores”. ¿A qué se referían estas “deudas”? ¿Quiénes son el “nosotros” de esta oración? ¿Debía perdonar solo a los demás cristianos o tenía que perdonar también a los “otros” que eran violentos conmigo y con mi comunidad? Emprendí el camino de aprender lo que significa perdonar, tomando yo los primeros pasos. Según empecé a comprender la libertad de hablar con una misma, pude decirme a mí misma: “Estaba equivocada, necesito decir ‘lo siento, por favor perdóname’”. Y adentrarme en el temible proceso de encontrarme con la persona a la que ofendí o que me ofendió. Este camino continúa.
Moldeando la visión del mundo en la presencia de Dios…
Unos años más tarde, orar esta oración me llevó a la idea de que Jesús nos está diciendo de algún modo que quiere que venga Su Reino, que se haga Su voluntad, no solo en un lugar en el futuro, sino aquí, en la tierra. Hasta este momento, había internalizado esta frase en el sentido de que Jesús desea la santidad en mi vida personal. ¡Y así empezó otro camino para comprender a Jesús y su misión! Ahora mismo estoy intentando comprender por qué esta oración está en plural Padre “nuestro”; “Danos” hoy nuestro pan cotidiano; “Perdónanos” “nuestras” deudas…; no “nos” dejes caer en tentación; “líbranos” del maligno…
Mateo 6: 9 – 13
Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.”
Para mí este pasaje es:
- Mi refugio, un lugar en el que ser abierta y estar en intimidad con el Señor;
- El sitio donde estoy incómoda, un lugar en el que traigo mis preguntas y retos del mundo real.
- El espacio en el que aprendo teología, un lugar que me invita a entrar en el mundo de Jesús; me invita a tener conversaciones con otros creyentes; y leer lo que otros han escrito.
Savithri Sumanthiran, Savithri.Sumanthiran(at)ifesworld.org