Mi experiencia con las Escrituras está ligada al contexto cristiano de mi país. En algunas iglesias se nos enseña que somos pecadores perdonados y por lo tanto estamos en deuda con Dios. Al tener esta visión de Dios, entendía su Palabra desde esta perspectiva. En aquel tiempo me sentía atraído a la Biblia pero a la vez me sentía atado porque mi comportamiento venía motivado por el miedo a ofender al que había muerto por mí. Caminaba con temor.
Todo empezó a cambiar durante un retiro para personas que trabajan para promover el compromiso con las Escrituras Al escuchar las exposiciones sobre el Evangelio de Juan me chocó la relación real y tangible que se describe en este libro. Esa experiencia me ayudó a darme cuenta de que en realidad el Jesús de la Biblia está vivo hoy en día, igual que cuando caminaba por la Tierra. Desde entonces he orado lo mismo que oraba Pablo cuando decía que su único objetivo era conocer a Cristo (Filipenses 3: 7-14).
En abril de este año, UGBB (Unión de Grupos Bíblicos de Burundi) tuvo un retiro sobre el compromiso con las Escrituras, al que asistieron unas 70 personas. El objetivo era replantearse la forma en la que estudiamos la Biblia, pero también presentar una perspectiva relacional del compromiso con las Escrituras. Desde el primer día nos dimos cuenta de que al estudiar la Biblia los estudiantes estaban acostumbrados a responder a una lista de preguntas y para muchos de ellos un estudio bíblico era principalmente un ejercicio en el que tenían que “buscar las respuestas correctas”. Simplemente no sabían qué hacer cuando se encontraban delante de un texto durante hora y media, sin ninguna pregunta de referencia.
Sin embargo, este reto se convirtió en una oportunidad de enseñarles el compromiso con las Escrituras desde una nueva perspectiva. Después de mostrarles un pequeño vídeo a los participantes que hacía una comparación entre la meditación sobre la Palabra y el acto de comer, los invitamos a conocer y a descubrir a Jesucristo por medio de su Palabra. Para ayudarlos en esta tarea, presentamos una exposición bíblica sobre el mismo texto que les había costado entender durante su tiempo personal de reflexión.
Los testimonios después del retiro fueron emocionantes: algunos estudiantes escribieron cartas que describían la forma en la que veían a Jesús, otros se arrepintieron porque no confiaban en el Señor en su vida diaria, etc.
Queremos seguir ayudando a los estudiantes a desarrollar su relación con el Señor por medio de su Palabra. Pedimos al Señor que nos dé una buena estrategia para ayudar a los estudiantes a amar, estudiar, vivir y compartir su Palabra.
Roland CUBAHIRO, obrero de GBU Burundi
bukuja(at)gmail.com