Durante los últimos años, he tenido el privilegio de invertir en líderes mediante la Red de Obreros Jóvenes. Se trata de una red de nuevos obreros que sirven con IFES en Europa. Nuestro objetivo es ser una comunidad que permita que los obreros crezcan y sienten una buena base al principio de su ministerio. El año pasado por estas fechas, me puse a pensar en lo que podría significar para esta comunidad de aprendizaje el ser una comunidad que escucha, una comunidad transformada constantemente por la Palabra. Este pensamiento corroboró una sensación que ya tenía: pasamos mucho tiempo enseñando la Palabra a otros pero no estaba segura de si nuestro compromiso personal con la palabra era igual de prioritario.
Así que dimos un reto a nuestros jóvenes obreros. Les pedimos que se empaparan de la historia de Pedro durante un período de 6 meses. Tenían que leer Marcos, Hechos y 1ª de Pedro, así como también hacer unas tareas tanto individualmente como junto con otros. Queríamos que analizaran de qué manera transformó Dios a Pedro para ser líder y, con ello, que reflexionaran sobre cómo Dios los estaba moldeando a ellos.
Al final del reto, nos juntamos para reflexionar y compartir nuestra experiencia. Esta reunión fue, a la vez, desalentadora y esperanzadora.
Fue desalentadora porque confirmó que el compromiso personal con la Palabra de Dios no es una prioridad. Aunque hubo excepciones, a la mayoría de obreros se les hacía difícil encontrar tiempo para ello. Estaban tan ocupados haciendo que dedicar un tiempo a empaparse de la Palabra de Dios parecía un lujo que no se podían permitir. No creo que sean los únicos a quienes les cuesta esto. Todos tenemos la tentación de poner toda nuestra atención en lo que hacemos, en aquellos aspectos de nuestro ministerio que están a la vista de todos. Entonces, empezamos a descuidar nuestra necesidad de transformar y renovar constantemente nuestro corazón y nuestra mente mediante la Palabra de Dios. Llegar a este punto es extremadamente peligroso.
Sin embargo, esta experiencia también me mostró algo más: que cuando dedicamos tiempo a escuchar la Palabra juntos en comunidad, Dios habla y su Palabra transforma. Mientras reflexionábamos juntos sobre lo que habíamos aprendido, encontramos un tema en común: Dios es paciente en la forma en que desarrolla líderes. Cuando reflexionábamos sobre el fracaso de Pedro, lo vimos otra vez: No es nuestra aptitud la que permite que Dios nos use, si no su gracia.
Como Pedro, somos propensos a fracasar, tal y como muestra nuestra falta de compromiso con la Palabra de Dios. Pero Dios es paciente con nosotros y quiere ofrecernos su gracia. Dios desea hablar con nosotros, así que escuchemos.
Heledd Job
Heledd es de Gales y vive en Italia. Forma parte del equipo de Desarrollo del Liderazgo de IFES Europa y se encarga principalmente de coordinar la Red de Obreros Jóvenes.