*Los nombres han sido modificados al ser una ubicación sensible.
Nina es una mujer increíble. Es una madre soltera que tiene varios trabajos para poder sacar adelante a su familia. Es una profesora universitaria y una tutora privada de idiomas para niños locales y extranjeros que necesitan aprender el idioma local. Aun con un horario tan demandante, tiene tiempo para pensar y soñar cómo podría llegar a ser la vida.
Nina es de una minoría étnica en un país de mayoría musulmana en Asia. Este grupo étnico cuenta con muy pocos creyentes… Ni ella misma está siguiendo a Cristo aún. Pero al conocer su historia se ve claramente que el Dios de toda creación ha estado tras ella…
Desde los misioneros sudamericanos que se hicieron amigos de ella y le ayudaron a superar unos momentos difíciles, hasta la invitación casual de trabajar en una escuela privada fundada por cristianos, pasando por las múltiples amistades que ha forjado, las conversaciones acerca de la fe y la forma en la que ha experimentado un ambiente de trabajo cuando se vio rodeada por creyentes en Jesús.
Mary, una estudiante mayor y una creyente madura, oraba por ella con frecuencia, observando y esperando la oportunidad de compartir la Palabra con ella. La paciencia de Mary no significaba falta de acción, sino una oración activa. Durante este tiempo de espera y oración, creció una relación de amistad y confianza. Nina empezó a compartir acerca de su familia con Mary y le relató su historia, y comenzó a compartir sus esperanzas y sus sueños. Cuando Nina perdió a un familiar, habló con Mary acerca de la muerte, lo que le dio una oportunidad para compartir un versículo de las Sagradas Escrituras. Pero el gran deseo de Mary era leer la Biblia con Nina, para que Nina pudiera conocer a Dios por medio de su Palabra….
Tras un tiempo, Nina le preguntó a Mary si podían leer la Biblia juntas. Nina invitó a Mary, y no al contrario. Y esto dio inicio a una serie de encuentros en otros momentos que no las clases, para leer las Escrituras juntas.
Mary llevó a Nina por la Biblia, empezando por el principio… Guiándola por la gran historia de las Escrituras, presentándole a Dios en estas historias y observando sus interacciones con las personas. Trazaron juntas la gracia de Dios en la Biblia, llegando hasta la historia del Evangelio.
Mary le pidió a Nina que encontrase los pasajes, los leyera en voz alta y que resumiera lo que leían juntas. De esta forma aprendió por sí misma la gran historia del amor y del propósito de Dios.
Durante parte de la pandemia del coronavirus, conectaron a diario y leyeron el Evangelio juntas. Nina aprendió a orar y a leer con su buena amiga cristiana.
Aunque la Biblia, como ella diría, no es ‘su libro’ todavía, Nina compartió las historias que estaba escuchando y aprendiendo con sus amigas porque se sentía conmovida por lo que estaba leyendo y estaba convencida de que estas historias serían de ayuda para sus amigas…