“Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,
ni el poderoso de su poder,
ni el rico de su riqueza.
Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme
y de comprender que yo soy el Señor,
que actúo en la tierra con gran amor,
derecho y justicia,
pues es lo que a mí me agrada.”
Jeremías 9:23-24
A veces, me preguntan cuándo empecé a trabajar con Compromiso con las Escrituras en IFES. Bueno, la mejor respuesta es que todo empezó hace 37 años, cuando me involucré en el grupo local de mi universidad como estudiante. Y continuó cuando, cinco años más tarde, empecé a trabajar como obrero en el movimiento estudiantil.
Digo esto porque creo que Compromiso con las Escrituras es una parte tan esencial de nuestra identidad (de quienes somos en IFES, nuestros distintivos, nuestra forma de llevar a cabo el ministerio…) ¡que no podría imaginármelo de otra manera! Bueno, podría ser diferente, pero, entonces, perderíamos algo tan crucial e indispensable de nuestro ADN que correríamos el enorme riesgo de olvidar nuestro camino e, incluso, nuestra razón de ser, como ministerio global.
Algunos se preguntarán por qué es necesario tener todavía un equipo local en esta área, si Compromiso con las Escrituras ya es una parte intrínseca de quiénes somos y de cómo llevamos a cabo el ministerio. En resumen, la necesidad de escucharnos unos a otros y las diferentes perspectivas de cada uno (especialmente porque se trata del importante tema de cómo abordamos las Escrituras) implica un proceso continuo de aprender y mejorar. Así, cuando creamos a propósito espacios para esta experiencia mutua, quizás reducimos el riesgo de ángulos muertos y de estar limitados o condicionados por nuestros contextos.
Jeremiah ha sido un buen compañero para mí en los últimos años. A menudo, advierte a las personas que no están escuchando la Palabra de Dios y que no se la están tomando en serio. El libro me ha ayudado a crecer en la forma de conectar con las Escrituras, a relacionarme con Dios de manera personal (“conocerme”) y a cambiar nuestra forma de vivir en comunidad a medida que vamos conociendo su “amor, derecho y justicia en la tierra”. Es por esto que nos necesitamos unos a otros en esta tarea, para que no nos gloriemos de nuestra propia “sabiduría”, “poder” o “riqueza”.
Reunir a personas procedentes de diferentes lugares y culturas para practicar el compromiso con las Escrituras y aprender cómo ello moldea el ministerio, nos ayuda a identificar tanto las buenas prácticas como las necesidades, los puntos fuertes y los puntos débiles. Esto nos permite hacer las correcciones necesarias e incrementar las oportunidades de ser fieles al Señor y a su Palabra, que nos ha sido revelada. También nos ayuda a seguir siendo relevantes en el mundo.
Cuando me preguntan, ahora que termino este largo viaje lleno de gozo en IFES, qué me gustaría que sucediera en el futuro, simplemente digo: que continuemos escuchando al Señor y a los demás, porque es en esta comunidad global tan diversa donde tenemos más capacidad de crecer en el Señor y en su Palabra y, por tanto, de servir mejor.
Aislados, vanidosos, arrogantes, no llegaremos muy lejos.
Humildes, escuchando, con el Espíritu guiándonos en comunidad, iremos por buen camino, todo irá bien
… por la gracia de Dios.
Ricardo Borges
Secretario de Compromiso con las Escrituras en IFES