La Biblia y la Salud Mental

Imagínate que tu amiga te dice que quiere suicidarse esta noche. Imagínate la desesperación que puedes ver en sus ojos. Está claro: ya no quiere vivir. El silencio llena la sala. ¿Qué dirías? ¿Qué puedes hacer tú?

Nueva Zelanda tiene un ratio muy alto de suicidio juvenil. Es dos veces mayor que en Estados Unidos y cinco veces superior que en Gran Bretaña. Para muchos estudiantes, lo anterior no es un escenario hipotético, sino que se trata de una conversación real que han mantenido.

Esta realidad se hizo patente cuando formaba a los estudiantes en evangelización el año pasado. Cuando leíamos el contenido del Evangelio y cómo podemos compartirlo, su inseguridad al relacionarse con los amigos que viven con depresión y ansiedad se volvió evidente. Vieron la importancia de unirse a ellos en su sufrimiento, pero ¿era el Evangelio que necesitaban ahora? ¿Cómo podrían ser buenas nuevas para ellos?

Me di cuenta que había dos necesidades. En primer lugar, los estudiantes deben desarrollar una ‘lente cristiana’ usando la Biblia a través de la cual vemos la enfermedad mental. En segundo lugar, los estudiantes también necesitan comprender qué aspecto tienen la ansiedad y la depresión. Esto les permitirá amar y compartir mejor el Evangelio con las personas que les rodean, para la gloria de Dios. Así nació el evento de capacitación ‘La Biblia y la Salud Mental’.

Tim Capill, un pastor en Christchurch, vino y nos dio una perspectiva bíblica acerca del origen y la solución a nuestro sufrimiento. Basados en el Salmo 139, habló acerca de seis verdades que mantenemos acerca de Dios mientras sufrimos. Fue una charla maravillosa que proporcionó un marco bíblico sólido acerca del sufrimiento y, en particular, cómo podemos confiar en Dios para superar la depresión y la ansiedad.

Dana Lee – una psicóloga cristiana especializada en la juventud y el trauma vino para realizar dos seminarios que se centraban en el aspecto de la depresión clínica y la ansiedad. Practicábamos en parejas, usando escenarios y centrándonos en nuestra capacidad de escucha.

Fue un evento con una gran participación: vinieron más de 50 estudiantes para su formación. Como organizador, me anima ver que estos estudiantes tienen ahora una mejor comprensión y mayor compasión para los que sufren depresión y ansiedad. También se han convencido más aún de que la necesidad más profunda de sus amigos es la misma que la de cualquiera de nosotros: el Evangelio de Jesucristo.

Candy Grice, obrera de TSCF Nueva Zelanda
CandyG@tscf.org.nz

Lectura recomendada (por Sabine Kalthoff, Secretaria de IFES para el Compromiso con las Escrituras): Mark Meynell, When Darkness seems my Closest Friend – Reflections on life and ministry with depression (en inglés). El relato honesto de un camino personal con unas reflexiones generales muy útiles. Una lectura que merece la pena.