Yo solía creer que Biblia era un libro antiguo que nadie leía. Pero entonces en octubre de 2012 conocí a José, un graduado cristiano, y nos hicimos buenos amigos. Un día comenzamos a hablar sobre la Biblia. Para mí era un tema muy sensible y yo pensaba que para tener una buena relación con la gente había que evitar hablar de política y religión.
Entonces José me invitó a un estudio bíblico de COMPA. Después de asistir tenía más preguntas y dudas que antes. José me había regalado una Biblia pero no sabía cómo leerla, así que le pedí que me enseñara. Accedió y la semana siguiente tuvimos nuestro primer estudio bíblico oficial.
El sistema que utilizaba COMPA México para estudiar la Biblia era parecido a la técnica de estudio que utilizaba yo en Ciencias y esto me resultó atractivo. Me sorprendí al darme cuenta de que era posible acercarse a la Biblia de forma racional.
Me sorprendió aún más la persona de Jesús. Descubrí una nueva cara de Jesús; conocí a un Jesús diferente. Antes pensaba que Jesús era una persona inteligente entre muchas que formaba parte de nuestra historia, la persona más inteligente de su tiempo. Pero no sabía que tenía un gran corazón lleno de amor. Antes pensaba que Jesús era sólo un ser humano, pero descubrí que era Dios.
Juan 1 fue especialmente importante para mí. Cuando leí este pasaje me quede confundida: ¿Cómo puede Jesús ser Dios? ¿Cómo puede ser una persona como yo y a la vez 100% Dios? Estas preguntas me llevaron a querer investigar más.
Al ir conociendo más a Jesús por medio de otras historias bíblicas empecé a entender más. Mi visión del mundo cambió y empecé a creer en un Dios personal. Fui consciente de mi pecado y de la oscuridad que había en mí. Y lo que es más importante: conocí el amor de Dios por medio de la gracia y la esperanza que nos da en Jesús.
Soy una persona de ciencias y antes de creerme algo tengo que estar segura de ello. Si alguien me hubiera mostrado un milagro, creo que no me lo habría creído. Pero me encanta leer y me encantan las palabras. Jesús entró en mi vida por medio de su Palabra. Descubrí que todas las pruebas necesarias para creer en Jesús están en la Biblia, la Palabra de Dios. A principios de 2014 empecé un grupo de estudio bíblico en mi propia facultad (ver foto).
Sara Medina, estudiante de Física y Química en México
(sara.medinagom (at) gmail.com)