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Contextualización y creatividad 

En el movimiento estudiantil de Armenia (CICI) se dieron cuenta de que necesitaban tener buenos materiales de estudio bíblico para ofrecer a sus estudiantes. Había materiales disponibles, pero tenían que ser traducidos e interpretados adecuadamente para que siguieran siendo relevantes en ese contexto. Así que decidimos invertir tiempo en los obreros para que pudieran crear sus propios materiales del Compromiso con las Escrituras y luego hacer lo mismo con los líderes estudiantiles.

Queremos tomarnos en serio el contexto armenio y ser fieles al mensaje de la Biblia, tanto en los pasajes específicos como en la historia completa de las Escrituras. Hablamos de cómo aprenden los estudiantes, qué formas creativas se podían usar para el estudio bíblico (para la observación, la interpretación, la aplicación y la respuesta) y cómo podemos animar a los estudiantes a amar y a valorar la Palabra de Dios.

Anna L, Secretaria General de la CICI:

“Esta formación nos ha enseñado a ser líderes tanto de forma práctica como en las relaciones con los demás. Hemos sido desafiados a pensar de forma crítica, a considerar el contexto histórico y cultural y a observar con pasión el texto a medida que vamos conociendo y amando la Palabra de Dios y al Dios la Palabra”.

Una de estas formas ha sido con una “Obra de teatro participativa/Entrevista de televisión”, que ayuda a estudiar un texto de forma profunda y a estimular la imaginación. He visto y experimentado esto de muchas formas en los últimos años, normalmente con los libros del Nuevo Testamento.

Esta vez estudiamos Nehemías 8 y la maravillosa historia de cómo las personas vinieron a Esdras, pidieron que se les leyera la Palabra y respondieron desde el fondo de su corazón con llanto, gozo y obediencia.

En primer lugar, leímos el pasaje en voz alta y después hablamos del contexto de la historia y analizamos las preguntas que surgieron. A cada uno de los participantes le fue asignado un personaje. Esdras, dos israelitas cualquiera y dos levitas (si hay más participantes, se pueden añadir Nehemías y algunos ancianos si es necesario).

Siguientes pasos:

1. Leer el pasaje de nuevo como esa persona (o grupo, por ej. levitas).

2. Recordar cómo llegaron aquí como esa persona o grupo (contexto del exilio y el regreso, libros de Esdras y Nehemías).

-¿Qué es lo que ya sabes o has experimentado de parte de Dios? (¿Dónde se enmarca este acontecimiento en la historia de la salvación en general?) Por lo tanto, ¿qué preguntas podrías tener en la vida?

3. ¿Cómo te sientes, Esdras, por ejemplo, en este día?

-¿Cuáles son tus temores/ilusiones/preguntas antes, durante y después de estos acontecimientos?

4. “Entrevista de televisión” que responde a preguntas de cada persona/grupo, con una pregunta final para todo el mundo que se plantea la importancia de lo que escucharon y experimentaron. Por ejemplo:

-¿Cómo te han cambiado los acontecimientos de estos días?

-¿Cómo hablarás de este día con tus futuros nietos; qué consejos les darás como resultado de ello?

-¿Cómo es posible seguir viviendo según la Palabra como familia y como comunidad?

5. Comentar juntos cómo ha ido el ejercicio.

6. Hablar de cómo se puede aplicar hoy en día.

7. Orar.

A algunos de los obreros les gustó tanto que empezaron a reconocer cómo podían utilizarlo desde ya.

Paula
Secretaria Asociada para el Compromiso con las Escrituras de IFES

Enfrentarnos a los desafíos de nuestro mundo

Ricardo Borges, Secretario de IFES para el Compromiso con las Escrituras, entrevista Wilson Kiuna, de Kenia, miembro de la red global de IFES de multiplicadores del Compromiso con las Escrituras

Ricardo y Wilson

Ricardo y Wilson

¿Por qué podría ser importante hacernos preguntas sobre las Escrituras a la luz de los desafíos a los que nos enfrentamos en este mundo, como el tema de la política?

Tenemos que hacernos preguntas sobre las Escrituras principalmente porque la Biblia es la revelación de la mente de Dios sobre la realidad entera; nos enseña cómo debe vivir el pueblo de Dios, y cómo debemos interpretar y enfrentarnos a los temas y desafíos de la vida diaria y en cualquier época, espacio y cultura (Dt. 32:47; 2 Ti. 3:16-17). También veo en la Biblia una verdad que nos da una lección de humildad: el Dios todo poderoso, que habita en una luz inaccesible, nos invita a [mantener] un diálogo con Él en nuestras luchas más sinceras. Dios es lo suficientemente grande como para manejar nuestras dudas, preocupaciones, miedos, frustraciones. Esto incluye también el trauma de la realidad socioeconómica y política rota, tal y como ilustra Gedeón (por ej. Jue. 6:13).

¿Cuál es la mejor forma de hacer preguntas sobre las Escrituras?

En primer lugar, tenemos que tener en cuenta el contexto de la vida de las comunidades de fe en la Biblia; cómo interpretan sus propios desafíos; la clase de preguntas que hacen… y hacerlo a la luz de la historia general de la Biblia. Así, utilizando todos nuestros sentidos, intentaremos sumergirnos en su dolor y lamentaciones, su gozo y esperanza. En segundo lugar, necesitamos estudiar las Escrituras en comunidad con otros, con los pies cimentados en nuestras realidades contemporáneas. Esto ilumina y profundiza nuestra visión.

La Biblia es bastante extensa y la revelación de Dios se nos ofrece como una variedad de contenidos en diferentes formatos. Como tal, ¿cómo sabemos dónde buscar las respuestas a las preguntas que estamos haciendo?

Creo que es absolutamente importante apuntar que TODA ESCRITURA es inspirada por Dios y útil para toda la vida (2 Ti. 3:16-17), incluso para los aspectos más mundanos, ¡como rellenar la declaración de la renta! Hay una unidad teológica esencial que conecta la historia bíblica entera, apuntando a y encontrando en última instancia una vida plena en Jesucristo (Jn. 5:39 y ss.). En este sentido, empezamos a buscar respuestas a nuestras preguntas, no solo para satisfacer nuestra curiosidad intelectual, sino para responder en obediencia a una invitación personal hecha por Jesús mismo a venir a él “para tener esa vida” (Jn. 5:40). Así que empezamos nuestra búsqueda con una petición humilde para que nos ilumine y nos guíe y que, sea cual sea el punto de partida en el estudio bíblico, el Espíritu Santo, nuestro fiel maestro, nos abra los ojos, para que podamos contemplar “las maravillas de tu ley” (Sal. 119:18).

¿Qué ganamos haciendo estas preguntas con personas que son diferentes a nosotros?

Creo que esta práctica nos ayuda a apreciar a nuestra “comunidad de gente necesitada” como pueblo de Dios, sea cual sea nuestra cultura, sexo, trasfondo socioeconómico u otros aspectos de diversidad; ¡todos necesitamos la gracia de Dios! En segundo lugar, esta práctica enriquece nuestro discernimiento de la verdad bíblica, a medida que la gente comparte recursos hermenéuticos y herramientas de otras culturas y experiencias vividas (lenguaje cultural, historias y anécdotas, etc.), e ilustraciones del uso de las Escrituras en la vida real. En tercer lugar, ofrece un desafío “redentor” para nuestros puntos flacos personales y culturales, que a menudo frustran nuestro compromiso con las Escrituras.

¿Cómo respondemos a las preguntas que las Escrituras nos hacen de vuelta?

Creo que es un acto redentor de la misericordia de Dios cuando las Escrituras nos hacen preguntas, especialmente aquellas que hacen frente a nuestros defectos. A menudo nos invita a examinarnos y a reorientarnos (Sal. 139:23-24). Este aspecto transformador exige que cultivemos un espíritu contrito que se deja enseñar (Sal. 32:8-10) y la diligencia de los judíos de Berea, que escudriñaban las Escrituras en comunidad (Hechos 17:11).

Preguntas a y desde las Escrituras

Question mark

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Siempre me han fascinado las preguntas que nos hacemos y que se nos hacen cuando interactuamos con el Señor por medio de las Escrituras. Con esto también me refiero a los temas grandes y pequeños que se plantean actualmente las personas que tenemos alrededor, además de la forma en la que las Escrituras mismas nos desafían y nos transforman.

Quizás por eso me ha gustado escuchar las noticias de un ejercicio que realizaron hace poco nuestros amigos de IFES Asia del Este. Por medio de una serie de vídeos, los obreros de diferentes movimientos son expuestos a un texto de las Escrituras e invitados a hacer preguntas que surgen del texto. Creo que esto nos ayuda a reconocer un punto importante que a menudo pasamos por alto: cuando nos acercamos a las Escrituras, quiénes somos y dónde estamos afecta a cómo respondemos. En otras palabras, el contexto importa.

Las circunstancias en las que vivimos, nuestro trasfondo, incluso nuestra edad y sexo, juegan un papel en cómo leemos la Palabra de Dios. Creo que si prestáramos más atención a esto nos beneficiaríamos más de la diversidad de la comunidad en la que estudiamos las Escrituras. Esta variedad de perspectivas y preguntas nos ayudaría a ser más conscientes y a estar abiertos a cómo el Espíritu Santo nos transmite su Palabra.

Si prestamos atención a estos matices, nos animarán a tener un testimonio más eficaz. Creo que las personas religiosas, ya sean cristianas desde hace mucho tiempo o estén interesados en temas espirituales, hacen preguntas bastante diferentes a las que hacen los ateos o los agnósticos. Cuando estudio el texto bíblico, por ejemplo, las preguntas que hago no van a ser las mismas que las que hace alguien de otra tradición religiosa o alguien que no tiene una visión religiosa del mundo. Pero no debo ignorarlas y tampoco debo intentar responderlas rápidamente ni decir que no están haciendo la pregunta “correcta” sobre el texto bíblico. Es legítimo y adecuado escuchar con atención e intentar entender las preguntas que hacen a las Escrituras.

Del mismo modo, siempre debemos prestar atención cuando las Escrituras nos preguntan algo a nosotros, especialmente cuando estas preguntas nos sorprenden, desafían o inquietan. Las preguntas que normalmente serán las más transformadoras son aquellas nos llevamos después leer la Biblia y para las que no encontramos una respuesta fácil. Sacuden los cimientos de todo lo que damos por sentado, ya sea en nuestra propia opinión o de la tradición en general. Al hacerlo, revelan más sobre la voz de Dios que habla con autoridad. Y esa voz, que habla por medio de las Escrituras, viene de Aquel que provoca el cambio. Las preguntas traen vida: no debemos tenerles miedo.

Ricardo Borges, Secretario de IFES para el Compromiso con las Escrituras.

El compromiso con las Escrituras y el contexto

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Dios es un Dios de revelación: por medio de su Palabra se revela a sí mismo y sus propósitos. Es maravilloso que Dios nos invite a conocerlo, a saber más de Él y a amarlo por medio de las Escrituras. Al responder a esta invitación y conectar con Él en Su Palabra, es útil reconocer que somos una gran diversidad de pueblos, tiempos y contextos. Tenemos que considerar con fe y fidelidad cómo nos acercamos, vemos, interpretamos, entendemos y conectamos con la Palabra de Dios para nuestra vida.

En Hechos 3:12-26 y 17:22-31 podemos encontrar ejemplos clásicos de cómo tomarse en serio el contexto y las preguntas de las personas cuando presentamos el evangelio.

Cuando el grupo de trabajo se reunió para reflexionar y debatir sobre este tema, pensamos que sería importante centrarnos en cómo nuestro contexto contemporáneo afecta a la forma en la que leemos, interpretamos y vivimos la Palabra de Dios. Lo hacemos en la gran variedad de contextos donde vivimos y donde queremos ser fieles al Señor, interpretando “rectamente la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15) y con nuestros pensamientos, palabras y comportamiento transformados por Dios por medio de su Palabra y de su Espíritu.

Al reflexionar y debatir cada vez más en nuestra comunidad global sobre “El compromiso con las Escrituras y el contexto”, esperamos poder reconocer nuestros puntos ciegos: cosas que no vemos a causa del entorno en el que vivimos o en el que hemos crecido, es decir, cosas sobre Dios, sus propósitos o nosotros mismos. Al aprender unos de otros en nuestra comunidad internacional, esperamos evitar algunos posibles riesgos: una hermenéutica selectiva determinada por unas preguntas definidas por la cultura que llevan al etnocentrismo y al relativismo; o un “encarcelamiento”/sesgo cultural que nos lleve a no leer las Escrituras de una forma rica e incluso dejando a un lado partes que no parecen ser relevantes (en nuestra propia opinión). En Jeremías 36 tenemos un ejemplo extremo de esto: ¡echen un vistazo a lo que hizo el rey Joacim!

Creemos que es importante crecer en cómo usamos las Escrituras desde nuestro propio tiempo y contexto y a la vez en cómo nos volvemos cada vez más conscientes de cómo la Palabra nos “lee” a nosotros y conecta con nosotros. A medida que leemos y somos “leídos”, a medida que vamos participando, Dios nos transforma a nosotros y a nuestro contexto/comunidad.

Cuando conectamos con la Palabra, creemos que estamos conectando con Dios mismo por medio de las Escrituras, con Jesús, la Palabra Viva. Por lo tanto, podemos esperar que Él conecte con nosotros y esta experiencia no nos dejará indiferentes ni a nosotros ni a nuestra comunidad.

Surge una gran variedad de preguntas sobre nuestros diferentes contextos y debemos prestarles mucha atención cuando nos adentremos en las Escrituras. Al mismo tiempo, surgen otras preguntas o encontramos respuestas que no esperábamos en la Palabra de Dios. De las Escrituras surgen asuntos y preguntas que quizás la gente no se esté haciendo. Por lo tanto, cuando leemos las Escrituras, lo que a veces está completamente aceptado en nuestro contexto es cuestionado y puesto en duda.

Cuando alguien lee las Escrituras, no solo es desafiado y transformado personalmente, sino que también es retado a ser un agente de cambio y transformación en el contexto y en la comunidad en la que vive.

Al final, cuando nos dedicamos a estudiar la Palabra en serio, debería llevarnos a descubrir el corazón y la mente de Dios para nuestro mundo: el Señor que es misionero, que transforma y reconcilia al mundo con Él por medio de Cristo.

Oramos para que, a medida que vamos prestando más atención al contexto contemporáneo en el que vivimos, creceremos para ser una mejor comunidad global de hermenéutica, aprendiendo unos de otros y compartiendo el evangelio fielmente por todo el mundo en cada uno de nuestros contextos.

Coordinadora del Compromiso con las Escrituras en IFES Eurasia (no compartimos su nombre al estar en un país sensible) y Ricardo Borges (Secretario Asociado de IFES para el Compromiso con las Escrituras)

Invitado a la misión de Dios

“Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.
(…) Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.”

Juan 17:18; 20:21

Estos dos versículos me cambiaron la vida. Ocurrió cuando me uní al grupo estudiantil de ABUB Brasil, en mi primer día en la universidad de Sao Paulo. Acababa de empezar mis estudios en ingeniería agronómica.

Ya era creyente. En realidad, tuve el enorme privilegio de criarme en una familia cuya fe me llevó a amar al Señor a través de las Escrituras. Durante toda mi infancia y mi adolescencia, recuerdo bien la tradición familiar de leer la Biblia y orar juntos antes de irnos a dormir. Mi padre ha sido pastor durante más de cincuenta años. En cuanto fui capaz de leer me pedía que leyera la Biblia en las visitas pastorales habituales que hacía a las familias.

Pero al ir a la universidad en otra ciudad, alejado de mi familia y con tan solo 17 años de edad, me vi expuesto a unos retos enormes. En esta situación el grupo estudiantil de ABUB Brasil se convirtió en el lugar donde creció mi fe y dónde podía conectar con la misión; especialmente con la misión de Dios en mi contexto. Y junto a mis hermanos y hermanas, crecí en el amor por nuestro Señor.

Las verdades esenciales empezaron a crecer y arraigarse en mi vida, despacio pero sin detenerse. En primer lugar, Dios es el origen de nuestra misión. Es Su misión y tenemos el gran privilegio de participar en ella. Esto me tocó de una forma muy profunda y pude comprender que Jesús había sido enviado a este mundo y que Él nos envía a nosotros, estableciendo su propia misión como nuestro modelo a seguir. En segundo lugar, para comprender lo que Dios quiere de nosotros, necesitamos profundizar y tener un encuentro redentor con Jesús, a través de las Escrituras. En tercer lugar, obedecer a Dios implica ser enviados por Él a fin de conectar, a todos los niveles, con el mundo que nos rodea, con nuestro propio contexto, con la gente y con los retos que afrontamos a diario en nuestra realidad.

Dios es el centro y el origen de la misión. Jesús es tanto nuestro Salvador como nuestro ejemplo en la misión, mostrándonos una misión que conecta en profundidad con las personas y el contexto que nos rodea. Estas pequeñas, pero profundas enseñanzas, han sido importantes en mi vida, así como la obediencia en la misión a lo largo de estos años.

Ricardo Borges, Ricardo.Borges(at)ifesworld.org
Secretario Asociado para el Compromiso con las Escrituras.

Un Targum para Hoy

(escrito por: Yohan Abeynaike, Secretario General de FOCUS Sri Lanka)

Tras varias generaciones en el exilio, los líderes judíos se encontraron ante un gran problema. El hebreo estaba siendo reemplazado por el arameo como el idioma común entre el pueblo. Con el cambio de idioma y de contexto, los líderes se preguntaban cómo podrían comunicar la verdad de las Escrituras hebreas a la siguiente generación de una forma que fuera fácil de comprender. Así nació el Targum.

SriLankasmallInicialmente, el Targum consistía sencillamente de una perífrasis de las Escrituras en arameo. Más adelante pasó a incluir explicaciones y expansiones del texto de tal forma que las personas que lo escuchaban podrían ver claramente la relevancia de las Escrituras en su contexto. En diciembre, los miembros de FOCUS Sri Lanka, decidieron probar a escribir un Targum usando el Magnificat de María (Lucas 1:46-55). Comenzamos dividiendo la canción por frases y desarrollamos cada una de ellas en profundidad, explicándolas para obtener distintos objetivos. Aquí siguen algunos ejemplos de los objetivos que buscábamos conseguir:

1. Comprender los pensamientos y sentimientos conflictivos que tuvo María y entenderla a través de una mirada moderna. (Lucas 1:48-49)

“¡No me lo puedo creer!” Miles de mujeres judías de toda la historia han querido estar en esta situación. En los años venideros, gente de todas partes leerán y oirán mi historia. Representarán mi papel en teatros y películas, predicarán sermones acerca de mí y cantarán canciones sobre mí. Muchos querrían ser yo, pero… ¿Quién soy yo? No soy nada…

… A veces siento miedo. No sé lo que me depara el futuro. ¿Qué dirán mis familiares sobre mi embarazo? ¿Qué dirán mis vecinos? ¿Se burlarán de mí, me ignorarán o me apedrearán?”

2. Aplicar las implicaciones de un texto en toda su extensión. (Lucas 1:51)

Dios se ríe de las afirmaciones orgullosas de los productores de conocimientos de nuestra sociedad. ¿Pueden los científicos descubrir todos los misterios de la vida? ¿Puede el economista satisfacer las necesidades de todas las personas? ¿Puede el abogado hacer que la sociedad sea más moral? ¿Acaso no es la afirmación de que “todo es relativo” una afirmación categórica en sí misma? ¿Por qué están tan orgullosos? ¿Acaso no saben que el conocimiento humano siempre estará limitado? Solo Dios conoce todas las cosas.

3. Usar frases y situaciones familiares a las personas de hoy en día. (Lucas 1:52)

Todo lo que está escondido será expuesto. Es el Wikileaks divino. La web oscura se iluminará. El mensaje y los tweets de odio serán silenciados.

El texto completo de nuestros Targum para el contexto de Sri Lanka está disponible aquí.

El proceso entero fue muy creativo y divertido. Y, lo que es más importante, nos ayudó a ver y aplicar el texto de maneras más frescas. ¿Por qué no lo intentan?

Yohan Abeynaike, Secretario General de FOCUS Sri Lanka