Tag Archives: testimonio personal

Lo que deseo ver al despedirme

“Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,
     ni el poderoso de su poder,
    ni el rico de su riqueza.
Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme
    y de comprender que yo soy el Señor,
que actúo en la tierra con gran amor,
    derecho y justicia,
    pues es lo que a mí me agrada.”

Jeremías 9:23-24

Ricardo y una otra persona orandoA veces, me preguntan cuándo empecé a trabajar con Compromiso con las Escrituras en IFES. Bueno, la mejor respuesta es que todo empezó hace 37 años, cuando me involucré en el grupo local de mi universidad como estudiante. Y continuó cuando, cinco años más tarde, empecé a trabajar como obrero en el movimiento estudiantil.

Digo esto porque creo que Compromiso con las Escrituras es una parte tan esencial de nuestra identidad (de quienes somos en IFES, nuestros distintivos, nuestra forma de llevar a cabo el ministerio…) ¡que no podría imaginármelo de otra manera! Bueno, podría ser diferente, pero, entonces, perderíamos algo tan crucial e indispensable de nuestro ADN que correríamos el enorme riesgo de olvidar nuestro camino e, incluso, nuestra razón de ser, como ministerio global.

Algunos se preguntarán por qué es necesario tener todavía un equipo local en esta área, si Compromiso con las Escrituras ya es una parte intrínseca de quiénes somos y de cómo llevamos a cabo el ministerio. En resumen, la necesidad de escucharnos unos a otros y las diferentes perspectivas de cada uno (especialmente porque se trata del importante tema de cómo abordamos las Escrituras) implica un proceso continuo de aprender y mejorar. Así, cuando creamos a propósito espacios para esta experiencia mutua, quizás reducimos el riesgo de ángulos muertos y de estar limitados o condicionados por nuestros contextos.

Jeremiah ha sido un buen compañero para mí en los últimos años. A menudo, advierte a las personas que no están escuchando la Palabra de Dios y que no se la están tomando en serio. El libro me ha ayudado a crecer en la forma de conectar con las Escrituras, a relacionarme con Dios de manera personal (“conocerme”) y a cambiar nuestra forma de vivir en comunidad a medida que vamos conociendo su “amor, derecho y justicia en la tierra”. Es por esto que nos necesitamos unos a otros en esta tarea, para que no nos gloriemos de nuestra propia “sabiduría”, “poder” o “riqueza”.

Reunir a personas procedentes de diferentes lugares y culturas para practicar el compromiso con las Escrituras y aprender cómo ello moldea el ministerio, nos ayuda a identificar tanto las buenas prácticas como las necesidades, los puntos fuertes y los puntos débiles. Esto nos permite hacer las correcciones necesarias e incrementar las oportunidades de ser fieles al Señor y a su Palabra, que nos ha sido revelada. También nos ayuda a seguir siendo relevantes en el mundo.

Cuando me preguntan, ahora que termino este largo viaje lleno de gozo en IFES, qué me gustaría que sucediera en el futuro, simplemente digo: que continuemos escuchando al Señor y a los demás, porque es en esta comunidad global tan diversa donde tenemos más capacidad de crecer en el Señor y en su Palabra y, por tanto, de servir mejor.

Aislados, vanidosos, arrogantes, no llegaremos muy lejos.
Humildes, escuchando, con el Espíritu guiándonos en comunidad, iremos por buen camino, todo irá bien
… por la gracia de Dios.

Ricardo Borges
Secretario de Compromiso con las Escrituras en IFES

Caminando en sabiduría este curso académico

Recientemente, he estado leyendo el libro de Eclesiastés. Hacía tiempo que no aparecía en mi lectura devocional, y me ha sorprendido no solo la relevancia que este enigmático libro tiene para las cuestiones contemporáneas, sino también el papel de Qohélet, “El Maestro”.

Qohélet buscó el sentido y la satisfacción de la vida, guiado por la sabiduría. Por lo que se podía observar, él vio los beneficios de la sabiduría, el placer y la riqueza. Sopesó cada una de ellas y llegó a la conclusión de que había más beneficio en una opción y menos en su opuesta (por ejemplo, sabiduría e insensatez, riqueza y pobreza) … No obstante, a pesar de que la sabiduría es mejor que la insensatez, la seguridad de la muerte hace que los beneficios sean limitados, al igual que los seres humanos (Ecl. 2:14). Entonces, ¿qué sentido tiene?

Seamos buenos estudiantes, hedonistas, financieros o familiares, todo esto puede sonar bastante desolador. Como en Eclesiastés 3, tenemos que ir más allá de la mera observación de la vida en todos sus extremos y complejidades y alegrarnos de lo que Dios nos ha dado. Debemos reconocer los límites de nuestra posible comprensión y confiar en Aquel cuyo conocimiento no está limitado y cuyos días no tienen fin. Es decir, ¡tenemos que escuchar lo que dice Dios, Su sabiduría, sobre la vida, la satisfacción y nuestros sistemas de valores!

Mientras caminamos con Cristo este curso académico, queremos ver la verdad alternativa a lo visible, escuchar y confiar en Dios en Su Palabra y encontrar alegría en temerle.

¿Cómo podemos aprender a contentarnos en todas nuestras circunstancias (como Pablo, Filipenses 4:11-12), y caminar en sabiduría?

El ejemplo que Qohélet nos ofrece un punto de partida:

  1. de su compromiso personal con el aprendizaje, que va unido a una
  2. disposición de curiosidad y escucha. Y, como transmite a la asamblea lo que ha aprendido, puede haber
  3.  crecimiento como comunidad. Lo que habló/compartió con la comunidad entonces, y con nosotros hoy, parece invitar a la retroalimentación, provocar preguntas y promover la confianza en el Dios eterno: la verdadera fuente de vida y sabiduría (Ecl. 12:13-14).

Me pregunto en qué punto este ejemplo nos interpela hoy a nosotros y a los demás. ¿Nos comprometemos a aprender de la Palabra Viva, de Jesús, que dijo ‘Carguen con mi yugo y aprendan de mí…’ (Mt 11:29)? Esto significa algo más que buscar consuelo o frases hechas, sino acercarse a Él desde esa disposición de curiosidad y escucha.

Quizá nuestra oración sea primero crecer en la humildad que abre nuestros oídos para escuchar y caminar en obediencia en el campus y en nuestras familias… así como compartir lo que estamos viendo y aprendiendo…

Paula
Secretaria Asociada para el Compromiso con las Escrituras de IFES

 

Estableciendo modelos a seguir en las Escrituras

foto de MessayDi mis primeros pasos en la Biblia en la escuela dominical cuando aún era estudiante de la escuela primaria, al tiempo que hacíamos devocionales en familia en casa. En ese tiempo recibí mi primera Biblia y empecé a leer por mí mismo las palabras que había oído enseñar a otros.

Fue muy especial poder tener la oportunidad de crecer en mi comprensión de cómo estudiar la Biblia. Al participar en los ministerios estudiantiles de la escuela secundaria y la universidad, me familiaricé con un método conocido como “Estudio Bíblico Inductivo”. Tras esta etapa, como obrero con EvaSUE (Movimiento de IFES en Etiopía), aprendí una aproximación a las Escrituras que se traduciría como el “Método de Estudio Manuscrito”.

La gente me suele pedir que mencione mis pasajes preferidos de las Escrituras, no obstante, no hay pasajes en concreto de los que disfrute como tales. Es más bien que varios pasajes se vuelven relevantes para mí en distintos momentos de mi vida. Habiendo dicho esto, debido a la frecuencia con la que he estudiado la primera mitad del Evangelio de Marcos, he llegado a apreciar y amar cómo Marcos describe las enseñanzas de Jesús acerca de la obediencia. Esto es especialmente real en la parábola del sembrador (¿o deberíamos llamarla la parábola de los tipos de tierra?), que habla sobre el gran mensaje de este Evangelio relativo al discipulado. Las enseñanzas de Jesús en este tema me inspiran a ver los aspectos cotidianos, prácticos y, aparentemente, tediosos, del discipulado.

Cuando reflexiono acerca de las necesidades y los retos para esta generación de estudiantes que busca conectar con las Escrituras, destacaría dos observaciones sobre todas las demás. En primer lugar, creo que esta generación requiere una base firme y discipulado en su conocimiento básico de la Biblia, tanto en su meta-narrativa como en las porciones más pequeñas. Este punto también enlaza con cómo nuestras iglesias están discipulando. En segundo lugar, la generación responsable de formar a los estudiantes para estudiar las Escrituras debe liderar con su ejemplo, en tanto en cuanto concierna a la aplicación de la Palabra a nuestros respectivos contextos.

Por último, me gustaría compartir algunas de mis metas para seguir creciendo en las Escrituras. Primero, quiero pasar mi tiempo personal en quietud de manera consistente, tiempo en el que puedo estudiar la Biblia. Segundo, debería ser un ejemplo de obediencia de lo que leo, predico y enseño para con los estudiantes.

Messay Imru
Coordinador del Compromiso con las Escrituras de EvaSUE y miembro del equipo global de IFES de Compromiso con las Escrituras

Preguntas honestas a Dios: El sufrimiento de Job

“¿Quién es Dios? ¿Él importa? ¿Cuida de nosotros?

Estas preguntas simples en apariencia podrían ser las preguntas más profundas que lleguen a hacer los estudiantes…

Job – preguntas honestas a Dios

[Obra de Fercho Vera, Ecuador]

Crecí en una familia de pastores. Dios formaba parte de nuestras vidas diarias. Lo conocía y tuve varias experiencias poderosas con Él desde mi infancia. Sin embargo, en mis años como estudiante universitaria, experimenté una crisis de fe durante una temporada de pérdida y sufrimiento personales.

Un día, una amiga a quien había invitado para que viniera a nuestro estudio bíblico dijo: “No quiero estar cerca de Dios. Le tengo miedo, por la forma en la que trató a Job en la Biblia”. Sin poder dar una respuesta concreta, le dije que no conocía a Dios en absoluto. Sin embargo, yo tenía exactamente las mismas preguntas. “¿Quién es Dios? ¿Él importa? ¿Cuida de mí?”

¡El Libro de Job parece un libro que requiere que su lector tenga una cita preconcertada! Mi camino con Job se intensificó el año pasado, cuando GBUCh, el movimiento estudiantil de Chile, me invitó a que diera tres charlas para su conferencia estudiantil nacional virtual.

Primero, leí el libro tres veces, a la vez que oraba para que el proceso de conocer a Dios más profundamente a través de este libro no fuera obstaculizado por prejuicios o conocimientos previos. A medida que leía y volvía a releer Job, me iba preguntando: “¿Dónde está Dios en todo esto? ¿Qué nos dice el autor acerca de quién es Él?” Todavía tenía muchas dudas, pero también sentía admiración y ganas de alabar.

Siendo consciente del temor que mi amiga había sentido a causa del comportamiento de Dios en Job, preparé las charlas centrándome en los capítulos 1, 19, 28 y 42, los cuales proveen, a mi entender, muchas joyas que atesorar acerca del carácter divino. El libro nos invita a nosotros, los lectores, a emprender un viaje. En primer lugar, somos testigos de la declaración de quién es Dios y de su amor por Job (Job 1), tan solo para encontrarnos con el desconcierto y el malestar causados por el sufrimiento de Job, reflejados en su desesperado lamento (Job 19). Más tarde, estas escenas llegan a su clímax con la bella imagen de Dios como redentor y dador de vida. Además, se nos presenta a Dios como la personificación de la sabiduría (Job 28). Al final, aunque no sin dificultades para Job o para nuestra comprensión del texto, vemos a Dios restaurando y dando nueva vida (Job 42).

He acompañado a obreros y estudiantes procedentes de Chile, de Ecuador y, más recientemente, del norte de México, en su sufrimiento y su gozo a medida que íbamos estudiando el libro de Job. Este proceso ha llevado a que los estudiantes consiguieran tener momentos de reconciliación con Dios. Tal y como un participante compartió:

“Dios me sorprendió… Descubrí la espiritualidad de alguien que ama profundamente a Dios; Dios, el maravilloso Creador, que nos ama profundamente a pesar de todo el sufrimiento que permite en nuestras vidas. El Libro de Job me inspira a tener un nivel más profundo en mi relación con Dios y a una vida de oración honesta y de espera…”.

Ana Miriam Peralta, obrera de COMPA y miembro del equipo global del Compromiso con las Escrituras.

Dios y las Escrituras en tiempos de guerra

[Una querida amiga ucraniana de nuestra red de multiplicadores del Compromiso con las Escrituras comparte algunos pensamientos con nosotros.
Ella está caminando fielmente junto con estudiantes y obreros, estudiando la Biblia con ellos y, juntos, se están ocupando de los refugiados a causa del conflicto].

arbustos en flor y narcisosDurante una visita reciente a mi madre, no podíamos dejar de admirar los arbustos en flor y los narcisos que Dios parecía haber esparcido por todas partes, trayendo así Su luz en la oscuridad.
(fotografía tomada por L.S.)

Fue un buen recordatorio de que la luz de Dios ya ha erradicado la oscuridad y que Él sigue obrando en nuestro mundo. Esta es la verdad que debemos experimentar, en la realidad de nuestras vidas diarias, en este país.

El 24 de febrero, los habitantes de Kharkiv, Kyiv y otras ciudades y pueblos se despertaron con el sonido de bombas destruyendo sus casas. Desde entonces, muchas personas inocentes han sufrido de maneras imposibles de imaginar. Hombres, mujeres y niños de todas las edades han muerto o han perdido sus hogares. Ya sean amas de casa o soldados, todos llevan consigo las cicatrices de innumerables horrores.

un edificio destruido

Suburbio de Kyiv (fotografía tomada por M.M).

Cinco millones de personas han dejado sus hogares en busca de seguridad. Mientras escuchábamos las historias de los refugiados que llegaban de Kyiv, todas llenas de destrucción y de un terror brutal, sentimos una profunda conmoción y rabia. Lloramos y clamamos a Dios con muchas preguntas.

Justo antes de Semana Santa, me desperté con un súbito ataque de ansiedad. Intenté volver a dormirme, pero mis preocupaciones se intensificaron. ¿Y si bombardeaban nuestra casa y teníamos que huir? ¿Adónde iríamos? ¿Y si mis hijos y mi marido eran llamados a luchar? ¿Y si asesinaban personas en nuestra ciudad? ¿Y si la paz no llegaba pronto?

Ese día, pasé mucho tiempo en silencio, hablando con Dios.

Reflexioné sobre la última conversación que Jesús tuvo con Sus discípulos en Juan 13-14 cuando anunció que iba a dejarlos.

Mientras leía las preguntas de los discípulos, casi podía sentir su pánico.

Durante tres años, estuvieron juntos: comiendo, riendo y viendo los milagros de Jesús. Escucharon Sus enseñanzas, experimentaron Su poder y entonces, de repente, Jesús iba a dejarlos; solos.

Frente a la ansiedad de estar sin su Señor, Sanador, Maestro y Profeta, los discípulos se preguntaron cómo iban a soportarlo. Así que le preguntaron a dónde iba y si podían ir con Él. Se podría decir que ellos también acababan de tener un ataque de ansiedad.

“Confíen en Dios, y confíen también en mí” (Juan 14:1, también Juan 14:11-12).

Esa mañana, casi podía ver a Jesús tomando mi mano y escuchar su voz diciéndome: “No, no comprendes todo este sufrimiento a tu alrededor, la brutalidad y la destrucción que tu nación está viviendo. Pero cree en Mí, cree en Mí”.

Sigo viendo cómo Dios, en su gracia, da paz a mi mente y calma mi turbado corazón. Me da fuerza para seguir avanzando en el camino que Él ha establecido para mí. No conozco el final, pero confío en Él.

La Biblia en mi vida

La Biblia es lámpara a nuestros pies y luz para nuestro camino. Es salud para el alma y el aliento de Dios mismo. A través de ella, Dios nos reta y nos consuela, nos reprende y restaura, nos exhorta y nos alienta. En todo, es la revelación de la verdad de Dios.

Pero la Biblia también se puede usar mal. Por ello la gran disciplina de IFES de los estudios bíblicos inductivos es importante: aprender a comprender las Escrituras en sus propios términos; respetando su contexto y obedeciendo el mensaje, independientemente lo incómodo que nos haga sentirnos.

El estudio bíblico puede convertirse fácilmente en un ejercicio abstracto. Por eso me encanta que uno de los valores fundamentales del IFES no sea simplemente “la Biblia”, sino “el Compromiso con las Escrituras”. Todo estudio bíblico no debe versar, en última instancia y principalmente, sobre nosotros, sino sobre Dios, su carácter y su invitación a utilizar esta Santa Revelación para conocerle mejor.

Cuando Darrell Johnson fue entrevistado en la Asamblea Mundial de 2015, compartió cómo, antes de abrir un pasaje para preparar su predicación, se preguntaba (haciendo referencia al Cantar de los Cantares) “¿qué me dice este pasaje sobre aquel a quien ama mi corazón?” Esa debería ser la pregunta para todos nosotros cuando abrimos las Escrituras en cualquier momento, seamos o no predicadores o líderes de estudios bíblicos.

A título personal, mi camino con las Escrituras ha pasado por varias etapas. Tuve el privilegio de que me las enseñaran cuando era un bebé sentado a los pies de mis padres y me fascinaba como oyente; para mí era un cuento a la hora de dormir. En la adolescencia, al comprometer mi vida con Cristo y leerlas regularmente como disciplina espiritual, veía a las Escrituras como una historia para mí; un conjunto de exhortaciones para ayudarme a vivir bien como discípulo.

Luego, a medida que crecía en la fe, me di cuenta de que era una historia sobre mí; vi más claramente mis propios defectos en las vidas de sus defectuosos héroes y me maravillé de la suficiencia de Cristo para cubrir todo mi pecado. Cuando las estudié más profundamente en el seminario y me embarqué en el ministerio de la predicación, se convirtieron (no siempre para bien) en una historia mía; verdades de las que me sentí encargado de transmitirlas a los demás. Con el tiempo, me di cuenta de que todos estos hilos debían unirse y, a medida que comprendía con más firmeza la profundidad de la gracia de Dios, se convirtieron en una historia que crecía dentro de mí. Cuando me relaciono con las Escrituras, el Espíritu que inspiró a esos autores es el mismo que me está convenciendo y cambiando. Es un viaje en el que sigo y, si puedo, quiero llevar a otros a hacerlo conmigo.

David Montgomery, Secretario Regional de IFES en Europa.

Reorientación mediante retiros

Dos obreras en un ambiente agradable, al aire libre, con una guitarra, cantando, y con libros en una mesa al lado.

A principios del verano de 2019 tuve la oportunidad de formar parte del retiro de obreros de IFES en Europa. El momento era perfecto para mí, ya que había comenzado mi período sabático de tres meses por esa misma época. El retiro me ayudó a entrar en el año sabático poniendo mi foco en Jesús y tuvo lugar durante un período de reflexión sobre los meses anteriores.

El Compromiso con las Escrituras me ha ayudado mucho a aprender cosas nuevas. El retiro se convirtió en un espacio muy seguro para reflexionar y conectar, y como una estudiante de corazón, encontré numerosos aspectos del retiro fascinantes. Probablemente lo que más me impactó fue el equilibrio de pasar tiempo en soledad con Dios, y con otros en comunidad. Fue una sana combinación de meditación en la Palabra, oración y aprendizaje conjunto.

Después de tener este privilegio, quería compartirlo con los demás. Este tipo de retiro fue fundamental en mi forma de entender el descanso y la reflexión, así que decidí invitar a una amiga mía, que también trabaja en el ministerio, a que se uniera a mí en nuestro propio retiro de cuatro días en la campiña checa. Ahora se ha convertido en una tradición, y desde entonces, hemos incluido a más amigos en los retiros.

La combinación crucial de soledad y comunidad que experimenté en el retiro de obreros de IFES en Europa era exactamente lo que queríamos recrear en nuestros retiros checos. Nosotros decidimos un tema a tratar tras conversar y orar. Algunos de los temas que hemos tratado en nuestros retiros son “La oración”, “Del lamento a la danza”, “Sé que soy amada” y “La resiliencia en tiempos de crisis”, entre otros. Siempre comenzamos nuestros días con una Lectio Divina durante en un tiempo de soledad, luego compartimos nuestra experiencia en las Escrituras. Las tardes suelen dedicarse a alguna reflexión (línea de tiempo, reflexión temática), caminatas o algún trabajo manual.

Estos retiros se han convertido rápidamente en mi método preferido de descanso y vacaciones. Me ayuda con las disciplinas espirituales en mi vida, me da más claridad sobre la historia de Dios en mi vida, y profundiza mis relaciones con los que pasan tiempo en los retiros conmigo. Mi amiga Ráchel me dijo que, como obrera, no se le ocurren unas vacaciones mejores. Estoy de acuerdo con ella. Creo que, como obrera, corro el riesgo de pasar mi tiempo con Dios únicamente con el propósito de tener éxito en dicho ministerio, de meterme en una charla de negocios con Dios, en lugar de una relación profunda. Corro el riesgo de ejercer mi ministerio haciendo, en lugar de siendo. Los retiros como éste me ayudan a no ser víctima de estos riesgos, sino a caminar con Dios y a llevar a cabo mi ministerio de manera más significativa.

Eva Petržilková, obrera de UKH (IFES República Checa)

Transición en el liderazgo

Estar vivo implica sufrir cambios. En septiembre de 2021, Ricardo Borges sustituyó a Sabine Kalthoff en su puesto al frente del ministerio del Compromiso con las Escrituras de IFES. A partir de ahora, Sabine dedicará el 30% de su tiempo a seguir trabajando en IFES como Secretaria de Formación Espiritual, a la vez que se centra en su ministerio sirviendo en un puesto pastoral en una universidad local. Ricardo y Sabine se han hecho algunas preguntas sobre la transición en el liderazgo.

Ricardo, ¿cuál ha sido una de tus experiencias clave durante los cuatro años que has sido Secretario Asociado para el Compromiso con las Escrituras?

He tenido muchas buenas experiencias. Una de ellas fue ver cómo tantos obreros y estudiantes de diferentes partes del mundo abrían su Biblia para explorar la Palabra de Dios y conectar con los desafíos de su contexto. Es maravilloso ver cómo la Palabra de Dios es relevante para nuestra vida entera.

Ricardo, ¿qué es lo que te motiva a seguir trabajando en el ministerio global del Compromiso con las Escrituras?

El hecho de que esta comunidad sea una comunidad global con una gran diversidad de personas, culturas y trasfondos diferentes. Tengo ganas de ver cómo vamos creciendo en las diferentes perspectivas, que nos ayudarán a escuchar mejor al Señor por medio de las Escrituras. Tengo ganas de que crezcan nuestras colaboraciones a medida que damos testimonio del Señor en cada uno de nuestros diferentes contextos.

Sabine, ¿cuál sería un recuerdo valioso de tus últimos diez años como Secretaria de IFES para el Compromiso con las Escrituras?

¡Hay tantos que sería difícil escoger solo uno! Un recuerdo que tengo es el de una consulta de formación de IFES en Ghana. Cuando terminé un estudio bíblico, un compañero de Nigeria vino y compartió conmigo cómo le había hablado la Palabra de Dios. Verdaderamente me chocó: ¡la Palabra de Dios habla a través de las culturas! Esto es algo que ya sabía, pero fue muy diferente vivirlo en primera persona. Me hizo maravillarme y confiar más aún en la Palabra de Dios.

Sabine, ¿en qué consistirá tu nuevo papel en IFES?

Como Secretaria de Formación Espiritual, mi deseo es ayudar a los obreros a florecer en su relación con Jesús. En IFES se nos da bien el trabajo duro, pero a veces olvidamos dejar hueco para que Dios nos hable, nos nutra y nos moldee, tanto de forma individual como en equipo. Lo que deseo es ayudar a crear estos momentos, por ejemplo, dirigiendo sesiones de compromiso con las Escrituras con obreros, organizando el contenido de los retiros de obreros y ayudando de forma individual a los obreros. (Pueden saber más en este enlace).

Una visión que va creciendo

Escrito por Jacob Varghese obrero con UESI, India

Mi experiencia con el Compromiso con las Escrituras empezó cuando era estudiante. En aquel entonces empecé una relación personal con Jesús como mi Señor y Salvador y empecé a conectar de forma profunda con la Palabra de Dios. Estudiar doctrina me ayudó a ver que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios y me ayudó a ver que tenía que reflexionar sobre esta Palabra. A la misma vez empecé a aprender la disciplina de pasar un tiempo devocional a solas y empecé a practicarlo de corazón. Esto ayudó a que mi fe tuviera una buena base.

Sin embargo, no me di cuenta de que solo estaba leyendo y reflexionando sobre unos pocos pasajes. Los aplicaba a mi vida, pero al cabo de un tiempo me estaba aburriendo de leer la Biblia. Seguí leyéndola, pero solo como ejercicio, como cuando realizas ejercicio físico para mantener tu cuerpo. Poco a poco empecé a tener un tiempo devocional solo cuando me venía bien. Yo no era consciente de ello, pero incluso en ese tiempo Dios estaba obrando activamente en mí y moldeándome.

Un tiempo de descanso. Cuando emprendemos un viaje, descansamos de vez en cuando para seguir renovados. Pero yo me había venido abajo en el viaje. Los otros obreros y estudiantes en la comunidad no eran conscientes de mi lucha. Entonces conocí al Rvdo. Koichi Ottawa (Secretario Regional para Asia del Este en aquel momento). Me preguntó de forma muy directa: ¿Cómo vas en tu caminar con Dios? Me sorprendió la pregunta, pero respondí de forma sincera. Ottawa me ayudó a comenzar de nuevo mi caminar con Dios y su Palabra. Me di cuenta de que el Compromiso con las Escrituras no es un deber ni una mera disciplina, sino que se trata del Señor caminando a mi lado y hablándome: lo pasamos bien, hay discusiones, expresiones de decepción, gozo y gratitud. Las Escrituras se convirtieron en un marco para mi vida.

Una visión renovada. Mi visión creció gracias al ministerio global de IFES del Compromiso con las Escrituras. Empecé a entender más profundamente que comprometerse con las Escrituras es un camino que debemos seguir en una relación activa con nuestro Señor. Reconocí que las Escrituras no solo tratan de lo que Dios ha hecho por mí, sino que también me dan un lugar en la gran historia de Dios.

El Compromiso con las Escrituras no es una simple serie de técnicas: es una invitación a seguir creciendo en nuestra relación con Jesús y su mundo. A medida que iba entendiendo esto más profundamente, reconocía mi responsabilidad de empezar a capacitar a la gente para que su vida girara en torno a las Escrituras.

El siguiente paso para mí fue compartir esta visión con otras personas y capacitarlas para multiplicar la visión. Tomé una decisión consciente de que, en la medida de mis posibilidades, me centraría en individuos y en programas de formación en grupos pequeños, en lugar de esperar a que se formaran grupos grandes. Mi camino continúa con la visión de que los jóvenes conecten activamente con Dios, su Palabra y su mundo. Jacob Varghese sirve como obrero con UESI y actualmente tiene su base en Chennai

Ser transformados

Escrito por Daniel, estudiante de Timor Oriental

¿Cómo podemos cambiar nuestra forma antigua de vivir y empezar a vivir una vida nueva? Nuestros propios esfuerzos no son suficientes para vencer a la oscuridad. Especialmente si tenemos recuerdos que se quedarán con nosotros hasta que nos muramos. Yo luchaba con recuerdos así que me perseguían.

Mis amigos decidieron entregar su vida a Dios plenamente y me inspiraron a hacer lo mismo. Al mismo tiempo, sentía un hambre y un vacío interior; como si estuviera a punto de ahogarme. Una noche empecé a anhelar leer la Palabra de Dios. Mientras caminaba por la calle esa noche, llegué a un cruce y giré en dirección a la casa de uno de los obreros. Le pregunté si podíamos estudiar juntos la Palabra de Dios y él aceptó encantado. Nuestro viaje por el Evangelio de Lucas duró unos cinco meses.

A lo largo del estudio, fui inspirado por el carácter de Jesús y por cómo la vida de las personas cambiaba después de tener un encuentro con él. Vi cómo Jesús restauraba la dignidad de las personas, como cuando sanaba a las personas ciegas. También vi cómo estas personas se sintieron profundamente conmovidas por lo que Jesús hizo por ellos. Algo que me impresionó mucho fue que Jesús vino del cielo a vivir una vida sencilla entre nosotros. No escogió vivir como un mago que hacía espectáculos. Aprendí que la clave para la transformación en mi vida es tener FE en Jesús.

El Evangelio de Lucas cambió mi manera de pensar. Entendí que la vida no se trata solo de conocer a Dios con la mente, sino también con el corazón. Aprendí a abrir mi vida para que Jesús me llenara y su luz brillara en mí. También empecé a darme cuenta de que no sería justo callarme sobre lo que el Espíritu Santo había hecho en mí.

Empecé a notar que mis amigos tenían el mismo deseo de leer la Palabra; los temas de la vida y de Dios empezaban a aparecer en nuestras conversaciones y en las redes sociales. Así que no dudamos en formar un pequeño grupo de estudio bíblico. He visto cambios en mis amigos: tienen nuevos valores en su vida y ven la vida de una manera diferente ahora.

A medida que voy conociendo más a Cristo, Jesús me va ayudando a ordenar todo lo que tenía acumulado del pasado y que había intentado esconder. Es una experiencia dulce a la vez que dolorosa. Pero aunque sea dolorosa, sé que Cristo está conmigo y que este proceso es necesario si quiero vivir una vida recta. El trabajo con Jesús siempre estará en proceso hasta el día en que lo vea cara a cara. Describo este proceso de la siguiente manera: “Transformación no solo se trata de cambio, sino también de construcción”.

Testimonio traducido al inglés del tétum