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“Soy un siervo de la luz que no se apaga”

(Escrito por David Bahena, Secretario Regional IFES América Latina)

David BahenaTuve el privilegio de conocer a Jesús cuando tenía 16 años. Hubo un cambio radical en mi vida, apareció un gozo y un propósito de vida. Al mismo tiempo, me sobrevino un hambre por leer las Escrituras, ahí empezó mi peregrinaje con ella.

En COMPA me enseñaron a estudiar la Palabra, compartirla y contextualizarla. Soy parte de una generación que creció con el método inductivo, participando en talleres con Ada Lum. Samuel Escobar en “Así leo la Biblia” lo describe de esta manera: “aprender a observar con precisión el texto, interpretar su mensaje, y aplicarlo a la vida personal”. Luego llegó la etapa de compartir las Escrituras con compañeros de la universidad. No había mayor gozo que ver a mis compañeros descubriendo a Jesús en estos grupos pequeños y siendo transformados por la Palabra. Así mismo, por nuestra realidad en América Latina, fuimos enseñados a relacionarla con nuestro contexto. La Palabra que es pertinente para el ámbito académico, para la realidad social, política y económica de nuestro país.

Tiempos después sirviendo como obrero estudiantil enfrentamos una etapa de sequedad y renovación. Los obreros, al preparar tantos talleres, predicaciones y estudios bíblicos, corremos el riesgo de convertir las Escrituras en un instrumento de trabajo. Leemos y estudiamos pero ya no arde nuestro corazón. Fue así que después de tres años como Secretario General comenté con Douglas Stewart: no tengo ganas de leer las Escrituras, ni de orar, no entiendo que me está pasando. Dios abrió un nuevo camino de espiritualidad y renovación centrada en la Palabra. Este nuevo acercamiento apuntaban a la meditación, la oración y el retiro. Un tiempo para aprender a orar con la Palabra, y el Espíritu, poco a poco, me fue transformado y renovando.

La Palabra también ha definido mi mandato/vocación de vida. En el verano del 2003, en Cedar Campus, mientras Dios restauraba nuestro matrimonio, nos invitaba para cultivar una espiritualidad humilde, enraizados en la Palabra y en el poder del Espíritu (Mateo 12:18-21). Luego años después Dios reconstruyó mi sentido de identidad, me despojó del ropaje de obrero y me invitó a volver a casa para cultivar una espiritualidad que nos hace mejores padres, amigos y ciudadanos (Juan 4:46-54). De la misma manera el año pasado, en Pasadena, Dios proveyó descanso y renovación, fuimos invitados a cultivar una espiritualidad que florece y perdura aún en medio de las adversidades y del desierto (1 Pedro 1:3-5). Así Dios nos llama para acompañar a una generación de líderes emergentes para facilitar el encuentro con el Señor centrado en la Palabra, modelando un liderazgo humilde y transparente, fortaleciendo las relaciones básicas de la vida y la familia, y perseverando aun en contextos de adversidad.

David Bahena
David sirve a IFES como Secretario Regional para América Latina.

“Cuando Dios abre mis oídos”

“Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” (Salmos 46:10)
“Que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe” (Salmos 42:8)

Esuchar la Palabra. Escuchar mi vida. ¡Escuchar la voz apacible y suave de Dios!

La mayor parte de nuestras vidas es un ajetreo constante. Muchas experiencias pasan por nuestra vida a toda velocidad: las personas que conocemos, nuestros ministerios y los acontecimientos de la vida.

Para mí, el 2017 fue un año así. Subí a muchos aviones para visitar a los movimientos de mi región, di muchos sermones y exposiciones bíblicas, escuché a muchas personas mientras pasaban por peregrinajes duros, lloré 4 muertes (la de mi querida madre, la de mi compañera de habitación en la universidad y dos compañeros en Asia del Este) y asumí el papel de Secretaria Regional de IFES, Asia del Este.

Las vidas ajetreadas y que no son examinadas empiezan a dejar escapar impaciencia, fatiga, enojo, amargura y autocompasión. No podía parar ninguna de estas experiencias vitales y ministeriales. Sin embargo, por el bien de mi propia sanidad, encontré la voz apacible y suave de mi Señor llamándome a… ¡la soledad! En el 2017, conseguí ir a siete retiros espirituales (no solo participé en todos si no que también organicé algunos de ellos). Dos de ellos duraron tres días, cuatro solo duraron tres horas y uno duró cuatro días.

En uno de los retiros, cada participante recibió pequeñas porciones de las Escrituras para meditar y escuchar la Palabra (Salmo 42, 1 Corintios 4:7-16, Éxodo 19:1-6 y Josué 3). Esperé con estos pasajes, y el espacio que había ido creando mientras esperaba con la Palabra empezó a hablarme. Estaba “oyendo” la Palabra empapando mi vida. También empecé a “oír” mi vida, la pena que había ido acumulando y las preguntas que surgían. El mejor regalo fue “oír” a Dios, que había estado allí en todo momento. Empezó a manifestar Sus promesas y Su sanación de una nueva manera.

Después de cada uno de estos “retiros”, ¡volvía con un nuevo mandato! Un llamamiento más claro de cómo continuar. Para mí, estos tiempos de retiro no eran una opción, si no un oasis donde podía beber hasta saciarme y hacer espacio para la vida. Así, sé que, para mí, el 2017 fue un año de “fuertes golpes y aprendizaje duro”, pero también fue el año en qué sin duda “me llevó sobre las alas de las águilas y cantó su canción sobre mí en la noche”.

¿Qué hago en mis retiros?

  • Traigo los asuntos, preocupaciones y experiencias de la vida que quiero examinar.
  • Le pido a Dios que me dirija hacia un pasaje de las Escrituras en el que pueda meditar.
  • Derramo mi corazón y espero y escucho.
  • Escucho Su Palabra, Su voz y escucho mi vida. Escucho mientras ando y cuando me siento. Escucho a la naturaleza, las imágenes o las palabras que Él trae a mi corazón y mente.
  • A medida que escucho, voy respondiendo desde donde estoy. Converso con Dios.
  • Todo ello queda escrito en mi diario, ¡que es como una herramienta de respaldo mientras escucho!

¡A disfrutar de los retiros, querido amigo/a!

Annette Arulrajah
Secretaria Regional de IFES para Asia del Este

Llegar a ser una comunidad que escucha

Durante los últimos años, he tenido el privilegio de invertir en líderes mediante la Red de Obreros Jóvenes. Se trata de una red de nuevos obreros que sirven con IFES en Europa. Nuestro objetivo es ser una comunidad que permita que los obreros crezcan y sienten una buena base al principio de su ministerio. El año pasado por estas fechas, me puse a pensar en lo que podría significar para esta comunidad de aprendizaje el ser una comunidad que escucha, una comunidad transformada constantemente por la Palabra. Este pensamiento corroboró una sensación que ya tenía: pasamos mucho tiempo enseñando la Palabra a otros pero no estaba segura de si nuestro compromiso personal con la palabra era igual de prioritario.

Así que dimos un reto a nuestros jóvenes obreros. Les pedimos que se empaparan de la historia de Pedro durante un período de 6 meses. Tenían que leer Marcos, Hechos y 1ª de Pedro, así como también hacer unas tareas tanto individualmente como junto con otros. Queríamos que analizaran de qué manera transformó Dios a Pedro para ser líder y, con ello, que reflexionaran sobre cómo Dios los estaba moldeando a ellos.  

Al final del reto, nos juntamos para reflexionar y compartir nuestra experiencia. Esta reunión fue, a la vez, desalentadora y esperanzadora.

Fue desalentadora porque confirmó que el compromiso personal con la Palabra de Dios no es una prioridad. Aunque hubo excepciones, a la mayoría de obreros se les hacía difícil encontrar tiempo para ello. Estaban tan ocupados haciendo que dedicar un tiempo a empaparse de la Palabra de Dios parecía un lujo que no se podían permitir. No creo que sean los únicos a quienes les cuesta esto. Todos tenemos la tentación de poner toda nuestra atención en lo que hacemos, en aquellos aspectos de nuestro ministerio que están a la vista de todos. Entonces, empezamos a descuidar nuestra necesidad de transformar y renovar constantemente nuestro corazón y nuestra mente mediante la Palabra de Dios. Llegar a este punto es extremadamente peligroso.

Sin embargo, esta experiencia también me mostró algo más: que cuando dedicamos tiempo a escuchar la Palabra juntos en comunidad, Dios habla y su Palabra transforma. Mientras reflexionábamos juntos sobre lo que habíamos aprendido, encontramos un tema en común: Dios es paciente en la forma en que desarrolla líderes. Cuando reflexionábamos sobre el fracaso de Pedro, lo vimos otra vez: No es nuestra aptitud la que permite que Dios nos use, si no su gracia.

Como Pedro, somos propensos a fracasar, tal y como muestra nuestra falta de compromiso con la Palabra de Dios. Pero Dios es paciente con nosotros y quiere ofrecernos su gracia. Dios desea hablar con nosotros, así que escuchemos.

Heledd Job
Heledd es de Gales y vive en Italia. Forma parte del equipo de Desarrollo del Liderazgo de IFES Europa y se encarga principalmente de coordinar la Red de Obreros Jóvenes.

Mi salmo: “He leído el libro”

Guinea, julio de 2017. Recibimos formación en el área del Compromiso con las Escrituras. Después de reflexionar sobre nuestras motivaciones y convicciones con respecto a la Palabra de Dios, cada uno de los participantes escribió su propio salmo. Después de pasar 30 minutos escribiendo volvimos a reunirnos y cada uno leyó su salmo en voz alta. Fue un tiempo muy profundo adorando a Dios. Después de escuchar todos los salmos, compartimos nuestras experiencias. Estas son algunas de las reacciones: “Nos lleva a tener un espíritu de oración”. “Cuando todos iban leyendo sus salmos yo no quería que terminase nunca”. “Era como estar en contacto directo con Dios”.

Lean uno de estos salmos, escrito por Axel Aurenche Gbelia, un estudiante de Costa de Marfil:

He leído libros
Me han educado
He leído libros
Incluso intenté culturizarme

Pero he leído el Libro
La obra de arte de Dios
Su álbum, Su manuscrito
Que va desde la prehistoria hasta el futuro

He leído el Libro
Ese diseño y esas palabras celestiales
La historia de la relación de Dios con el hombre
Y del hombre con Dios

He leído el Libro
Ahora sé de dónde vengo
Quién dice Dios que soy
Quién soy y a dónde voy

He leído el Libro
El folleto de Dios, su trabajo
Mis desiertos florecen de nuevo
Mis lágrimas se regocijan

He leído el Libro
El decreto y la escultura de Dios
Puedo llorar de gozo
e incluso río en medio de la desgracia

Yo sé quién es Él
Es el glosador y el Dios de las letras
Es el historiador de los siglos y el escritor supremo

He leído el Libro
He leído Su Libro
Más que formado
Más que educado
Más que enseñado
Más que convencido
He sido cambiado de por vida

Empoderar a los estudiantes para estudiar la Palabra

Este es el testimonio de uno de los estudiantes que asistió al Encuentro de Estudio Bíblico de FCSI Israel:
“El año pasado me enfrenté a la situación más difícil de mi vida: perdí a mi madre tras una larga batalla contra el cáncer. Era mi mejor amiga, mi ejemplo a seguir, mi apoyo y la mayor bendición que Dios me había dado nunca. No podía imaginarme la vida sin ella. Cuando fui al encuentro ella había dejado de responder a los tratamientos y su condición empeoraba rápidamente. En el encuentro de estudio bíblico estudiamos la historia de cuando Jesús calmó la tormenta. Gracias a esta historia Jesús trató el miedo paralizador, el dolor y la pena y calmó las tormentas que tenía en mi interior. Su fuerte presencia y paz abrumadora me inundaron y me ayudaron a enfrentarme a esta situación tan triste y a superar lo que me parecía insuperable”.

Nuestra visión para el Encuentro de Estudio Bíblico del Manuscrito de en Marcos comenzó en 2014. Queríamos que los estudiantes sintieran pasión por la Palabra y supieran cómo estudiar y conectar con las Escrituras. Queríamos que los estudiantes se encontraran con Jesús por medio de su Palabra y fueran transformados desde dentro. Pero la realidad era que nuestros estudiantes no tenían las herramientas necesarias para estudiar la Biblia individualmente y unos con otros. Así que nuestro deseo era ofrecer un método de estudio que pudiera ayudarles a sentirse cómodos estudiando la Biblia con sus amigos y con sus grupos de estudiantes. Creíamos que con esto nuestros estudiantes también tendrían el valor de empezar a invitar a sus amigos no cristianos para estudiar la Biblia con ellos, ofreciéndoles la oportunidad de conocer a Jesús en su Palabra.

Al mirar atrás a los inicios, estamos profundamente agradecidos y gozosos por ver cómo se desarrolla la visión de Dios para los estudiantes cristianos de Israel. Cuando invitamos a los estudiantes a este encuentro la primera vez para conocer a Jesús por medio del libro de Marcos, se comprometieron menos de veinte estudiantes a venir. Este año celebramos el encuentro anual por tercera vez y por primera vez asistieron 110 participantes. Los estudiantes han estado compartiendo cómo este encuentro ha moldeado su fe y les ha permitido ver las Escrituras de una forma renovada. Cada vez más estudiantes están leyendo la Biblia y esto está conduciendo a un cambio evidente en su vida personal.

Oramos para que el amor por las Escrituras y la pasión que estamos viendo entre nuestros estudiantes tengan una influencia en el cuerpo de Cristo en Israel.

Rasha Saba, rasha@fcsi.ws
Coordinadora del ministerio y formación de estudiantes árabes de FCSI Israel

Invitado a la misión de Dios

“Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.
(…) Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.”

Juan 17:18; 20:21

Estos dos versículos me cambiaron la vida. Ocurrió cuando me uní al grupo estudiantil de ABUB Brasil, en mi primer día en la universidad de Sao Paulo. Acababa de empezar mis estudios en ingeniería agronómica.

Ya era creyente. En realidad, tuve el enorme privilegio de criarme en una familia cuya fe me llevó a amar al Señor a través de las Escrituras. Durante toda mi infancia y mi adolescencia, recuerdo bien la tradición familiar de leer la Biblia y orar juntos antes de irnos a dormir. Mi padre ha sido pastor durante más de cincuenta años. En cuanto fui capaz de leer me pedía que leyera la Biblia en las visitas pastorales habituales que hacía a las familias.

Pero al ir a la universidad en otra ciudad, alejado de mi familia y con tan solo 17 años de edad, me vi expuesto a unos retos enormes. En esta situación el grupo estudiantil de ABUB Brasil se convirtió en el lugar donde creció mi fe y dónde podía conectar con la misión; especialmente con la misión de Dios en mi contexto. Y junto a mis hermanos y hermanas, crecí en el amor por nuestro Señor.

Las verdades esenciales empezaron a crecer y arraigarse en mi vida, despacio pero sin detenerse. En primer lugar, Dios es el origen de nuestra misión. Es Su misión y tenemos el gran privilegio de participar en ella. Esto me tocó de una forma muy profunda y pude comprender que Jesús había sido enviado a este mundo y que Él nos envía a nosotros, estableciendo su propia misión como nuestro modelo a seguir. En segundo lugar, para comprender lo que Dios quiere de nosotros, necesitamos profundizar y tener un encuentro redentor con Jesús, a través de las Escrituras. En tercer lugar, obedecer a Dios implica ser enviados por Él a fin de conectar, a todos los niveles, con el mundo que nos rodea, con nuestro propio contexto, con la gente y con los retos que afrontamos a diario en nuestra realidad.

Dios es el centro y el origen de la misión. Jesús es tanto nuestro Salvador como nuestro ejemplo en la misión, mostrándonos una misión que conecta en profundidad con las personas y el contexto que nos rodea. Estas pequeñas, pero profundas enseñanzas, han sido importantes en mi vida, así como la obediencia en la misión a lo largo de estos años.

Ricardo Borges, Ricardo.Borges(at)ifesworld.org
Secretario Asociado para el Compromiso con las Escrituras.

Compromiso con las Escrituras: un vivero para formadores

A lo largo de los últimos tres años he participado en una Formación para el Compromiso con las Escrituras. La idea fue invertir en jóvenes que en el futuro invertirán en los demás en el largo plazo. El propósito no era establecer un programa específico para el Compromiso con las Escrituras, sino formar a hombres y mujeres que fueran capaces de traducir lo que han aprendido a sus propios contextos.

Diez de nosotros, procedentes de distintos países francofónos de África, participamos en esta formación. La formación se dividió en tres sesiones celebradas entre los años 2015 y 2017, en Togo, Guinea-Conakry y Mali, respectivamente. Dichas sesiones fueron clave para ayudarnos a aprehender el concepto del Compromiso con las Escrituras y mejorar la forma en la que nos acercamos a la Biblia. Entre sesiones teníamos tareas, tales como estudiar el Evangelio de Juan, leer un libro de relevancia teológica, escribir preguntas para los estudios bíblicos, entrevistar a nuestros amigos para conocer cómo perciben la Biblia.

Para mí, uno de los temas más importantes de los que tratamos fue sobre las creencias que tenemos acerca de la Palabra de Dios. Por dos razones fundamentales: en primer lugar, este tema nos permite repasar lo que decimos acerca de la Palabra de Dios, para asegurarnos que nuestras creencias no son solo frases abstractas, sino que tienen un significado real. En segundo lugar, nos permite establecer una buena base para conectar con Dios a través de su Palabra. Creo que es absolutamente esencial que todas las personas tengan las creencias correctas en lo concerniente a la Palabra de Dios. Esto conlleva que no tendríamos que perseguir constantemente a la gente, preguntándoles si están meditando a diario, porque ya lo estarían haciendo.

Estas sesiones de formación han impactado mi ministerio y mi vida. En términos del ministerio, he mejorado la forma en la que planteo preguntas acerca de pasajes bíblicos para crear contextos. He creado un grupo de apoyo para mi ministerio y mi grupo de jóvenes (para necesidades económicas, materiales y espirituales), en los que invierto. Siguiendo con el grupo de jóvenes, quiero encuestar a los estudiantes para descubrir cómo podemos llevarles la forma de pensar de Dios a la luz de la Biblia.

En mi vida personal, he cambiado la forma en la que interactúo con Dios a través de su Palabra. Ahora siempre intento crear un puente entre mi conocimiento bíblico y mi vida cotidiana. Me he retado a compartir siempre los descubrimientos que hago en la Palabra de Dios con los demás, todas y cada una de las veces que tenga la oportunidad.

Salimou Traoré,
es profesor de escuela secundaria y es el líder del departamento de estudios bíblicos en el movimiento GBEE de Mali. trasa_86(at)yahoo.fr

Cocina saludable

Una introducción a un libro de recetas diferente, escrito por el equipo global del Compromiso para las Escrituras.

BildkochenkleinEn nuestros movimientos estudiantiles, nos esforzamos para capacitar a nuestro personal y estudiantes en el compromiso de las Escrituras. ¿Cómo decidimos el contenido de nuestros eventos de formación? ¿Qué ingredientes son necesarios para preparar un plato nutritivo y delicioso?

La respuesta a esta pregunta dependerá del contexto y del grupo destinatario específico. Por ejemplo, el plato que preparemos será diferente para los estudiantes y para el personal. La respuesta también dependerá de nuestra visión general. ¿Cuál queremos que sea el resultado de la totalidad de nuestra formación en el compromiso con las Escrituras? Y, ¿qué significa esto para nuestros eventos de capacitación individuales?

«Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes…» (Gálatas 4:19, NVI) ¡«Hasta que Cristo sea formado en ustedes…» es una expresión maravillosa de lo que hay en el corazón de Pablo respecto a  estas iglesias!

¿Cuál quieren que sea el resultado de la totalidad de su formación en el compromiso con las Escrituras? Dediquen unos momentos a expresar su visión en palabras. Por favor, piensen específicamente en términos de su grupo destinatario.

Mi impresión es que, a menudo, nos centramos únicamente en algunos de los ingredientes que necesitamos para conseguir una visión general, a la vez que descuidamos otros. A veces…

  • Enseñamos métodos para estudiar la Biblia, pero nos olvidamos de abordar las expectaciones y la actitud en las que nuestro personal y estudiantes se acercan a la Palabra de Dios;
  • enseñamos cómo crear y llevar a cabo grupos de estudio bíblico, pero nos olvidamos de parar y reflexionar sobre lo que realmente sucede en estos grupos;
  • hablamos mucho sobre la Biblia, pero dedicamos un tiempo desproporcionadamente corto a escuchar la Palabra de Dios y dejar que nos hable. En muchos eventos de capacitación, el día empieza con un estudio bíblico o una exposición bíblica, pero casi no hay tiempo para digerir lo que se ha oído, empaparse en la Palabra, encontrarse con Jesús.

El equipo global del Compromiso con las Escrituras de IFES ha escrito un libro de cocina para ayudarles. Este nuevo recurso no propone un plan común y corriente, sino que quiere ayudarnos a planificar cuidadosamente lo que debemos incluir en nuestros programas de capacitación.

Formación en el Compromiso con las Escrituras: un recurso para planificar y desarrollar programas de capacitación. Pueden descargar este material aquí.

Sabine Kalthoff
Secretaria de IFES para el Compromiso con las Escrituras

Mi vida es un proyecto de Dios

(escrito por Daniel Bourdanné, Secretario General IFES)

«Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:

todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos

Salmo 139:13-16

En 1982, era un estudiante en la Universidad de Lomé en el Togo. El curso era muy difícil (solo un 7% u 8% de los estudiantes conseguían aprobar los exámenes de fin de curso). Para mí, además se trataba de un tiempo de crisis personal: ¿Qué debía hacer con mi vida? ¿Cuál era el propósito de mi vida? Tenía grandes sueños. Uno de ellos era convertirme en profesor universitario y recibir una cátedra antes de cumplir los 32. Pero mis «grandes sueños» fueron interrumpidos por una guerra civil en mi país, por lo que tuve que pasar dos años sin estudiar. Incluso cuando volví a estudiar de nuevo, aún me acechaba la pregunta: «¿Por qué permitió Dios que mis estudios fueran interrumpidos? De hecho, a pesar de mi fe en Dios, mis planes de futuro siempre se habían centrado en mí mismo.

Un día, recibí un mensaje de una hermana y amiga. Ambos pertenecíamos al CU y solíamos compartir y orar juntos de vez en cuando. Ese día, me escribió una carta para animarme que contenía estas palabras del salmo 139.

BildDanielkleinEvidentemente, yo ya había leído este pasaje antes pero, ese día, las palabras cobraron un nuevo sentido para mí. Mientras leía estos versículos, primero sentí como si me hubiera quedado congelado, sin poder moverme, como si acabara de descubrir algo muy importante. Al fin, un río de sentido, comprensión y significado empezó a manar del pasaje. Fue una revelación abrumadora para mí y que cambiaría el curso y el sentido de mi vida. ¡Al fin! Dios me había iluminado; había abierto los ojos de mi corazón frente al verdadero sentido de mi vida.

Yo no soy ni el producto del azar ni la expresión de la vanidad de la vida. ¡Soy mucho más! Soy individualmente amado por Dios, por el Dios infinito. Al ser creado a su imagen, reflejo su belleza a pesar de la fealdad que las marcas de los mordiscos del pecado han dejado en mí. Mi vida es un proyecto de Dios, un proyecto grande y bueno a los ojos de Dios, aunque yo no me hubiera dado cuenta de ello hasta entonces. Antes, estaba haciendo mis propios planes; soñaba en convertirme en alguien importante sin tener en cuenta a Dios.

Este pasaje era, además, una invitación clara y específica de Dios para que me pusiera completamente a su servicio. Si Dios me conoce de manera tan absoluta, si mi vida es su proyecto, ¿no es Él el mejor guía para mi presente y mi futuro, que Él va desplegando? Sentí que este era un pasaje de llamado y consagración a Dios y aún es una fuente de ánimo para mí a día de hoy. Cuando me encuentro ante los dilemas de la vida, este pasaje me recuerda que tengo que dirigir mi mirada a mi creador para ser guiado en el camino correcto. Él es quien va desplegando nuestras vidas.  Este pasaje procedente de los Salmos me envuelve una y otra vez. Sea Dios alabado por su palabra viviente y dadora de vida.

Daniel Bourdanné, daniel.bourdanne(at)ifesworld.org

Un Camino con el Padre Nuestro

(escrito por Savithri Sumanthiran, Secretaria Regional para el Sur de Asia)

“பரலோகத்தில் இருக்கிற எங்கள் பிதாவே” fue la primera oración cristiana que aprendí en mi vida. No sé si mi memoria me falla, pero según lo recuerdo, ¡aprendí el Padre Nuestro primero en tamil en un libro Lady Bird! Desde entonces, el Padre Nuestro siempre ha sido uno de mis pasajes preferidos.

Moldeando una relación de intimidad con Dios…

En mis primeros años, esta oración estableció una rutina de oración para mí. Sin hacer preguntas, sin demandar respuestas. Cómo niña, sencillamente la recitaba. Según fui creciendo, esta oración se convirtió en el pilar de mi vida de oración: el lugar donde tenía conversaciones y discusiones con Dios; la plataforma desde la cual podría orar en momentos en los que Dios parece distante y la oración se torna imposible.

Moldeando el carácter en la presencia de Dios…

En mi adolescencia, luché por primera vez con una de las frases de esta oración. Había experimentado dolor a nivel personal, que culminó al verme confrontada por un mundo que se había vuelto inseguro de repente. Luché para comprender lo que significa orar “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores”. ¿A qué se referían estas “deudas”? ¿Quiénes son el “nosotros” de esta oración? ¿Debía perdonar solo a los demás cristianos o tenía que perdonar también a los “otros” que eran violentos conmigo y con mi comunidad? Emprendí el camino de aprender lo que significa perdonar, tomando yo los primeros pasos. Según empecé a comprender la libertad de hablar con una misma, pude decirme a mí misma: “Estaba equivocada, necesito decir ‘lo siento, por favor perdóname’”. Y adentrarme en el temible proceso de encontrarme con la persona a la que ofendí o que me ofendió. Este camino continúa.

Moldeando la visión del mundo en la presencia de Dios…

Unos años más tarde, orar esta oración me llevó a la idea de que Jesús nos está diciendo de algún modo que quiere que venga Su Reino, que se haga Su voluntad, no solo en un lugar en el futuro, sino aquí, en la tierra. Hasta este momento, había internalizado esta frase en el sentido de que Jesús desea la santidad en mi vida personal. ¡Y así empezó otro camino para comprender a Jesús y su misión! Ahora mismo estoy intentando comprender por qué esta oración está en plural Padre “nuestro”; “Danos” hoy nuestro pan cotidiano; “Perdónanos” “nuestras” deudas…; no “nos” dejes caer en tentación; “líbranos” del maligno…

Mateo 6: 9 – 13

Ustedes deben orar así:

“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.”Savithri

Para mí este pasaje es:

  • Mi refugio, un lugar en el que ser abierta y estar en intimidad con el Señor;
  • El sitio donde estoy incómoda, un lugar en el que traigo mis preguntas y retos del mundo real.
  • El espacio en el que aprendo teología, un lugar que me invita a entrar en el mundo de Jesús; me invita a tener conversaciones con otros creyentes; y leer lo que otros han escrito.

Savithri Sumanthiran, Savithri.Sumanthiran(at)ifesworld.org