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Estableciendo modelos a seguir en las Escrituras

foto de MessayDi mis primeros pasos en la Biblia en la escuela dominical cuando aún era estudiante de la escuela primaria, al tiempo que hacíamos devocionales en familia en casa. En ese tiempo recibí mi primera Biblia y empecé a leer por mí mismo las palabras que había oído enseñar a otros.

Fue muy especial poder tener la oportunidad de crecer en mi comprensión de cómo estudiar la Biblia. Al participar en los ministerios estudiantiles de la escuela secundaria y la universidad, me familiaricé con un método conocido como “Estudio Bíblico Inductivo”. Tras esta etapa, como obrero con EvaSUE (Movimiento de IFES en Etiopía), aprendí una aproximación a las Escrituras que se traduciría como el “Método de Estudio Manuscrito”.

La gente me suele pedir que mencione mis pasajes preferidos de las Escrituras, no obstante, no hay pasajes en concreto de los que disfrute como tales. Es más bien que varios pasajes se vuelven relevantes para mí en distintos momentos de mi vida. Habiendo dicho esto, debido a la frecuencia con la que he estudiado la primera mitad del Evangelio de Marcos, he llegado a apreciar y amar cómo Marcos describe las enseñanzas de Jesús acerca de la obediencia. Esto es especialmente real en la parábola del sembrador (¿o deberíamos llamarla la parábola de los tipos de tierra?), que habla sobre el gran mensaje de este Evangelio relativo al discipulado. Las enseñanzas de Jesús en este tema me inspiran a ver los aspectos cotidianos, prácticos y, aparentemente, tediosos, del discipulado.

Cuando reflexiono acerca de las necesidades y los retos para esta generación de estudiantes que busca conectar con las Escrituras, destacaría dos observaciones sobre todas las demás. En primer lugar, creo que esta generación requiere una base firme y discipulado en su conocimiento básico de la Biblia, tanto en su meta-narrativa como en las porciones más pequeñas. Este punto también enlaza con cómo nuestras iglesias están discipulando. En segundo lugar, la generación responsable de formar a los estudiantes para estudiar las Escrituras debe liderar con su ejemplo, en tanto en cuanto concierna a la aplicación de la Palabra a nuestros respectivos contextos.

Por último, me gustaría compartir algunas de mis metas para seguir creciendo en las Escrituras. Primero, quiero pasar mi tiempo personal en quietud de manera consistente, tiempo en el que puedo estudiar la Biblia. Segundo, debería ser un ejemplo de obediencia de lo que leo, predico y enseño para con los estudiantes.

Messay Imru
Coordinador del Compromiso con las Escrituras de EvaSUE y miembro del equipo global de IFES de Compromiso con las Escrituras

Desde la región del Caribe: El Método de Estudio Bíblico Artístico

Imagen que ilustra el estudio bíblico artísticoMe alegra compartir con vosotros la aproximación que usamos en la región CARIFES llamada “El Método de Estudio Bíblico Artístico”. Fue desarrollado para guiar a los estudiantes por las Escrituras desde un punto de vista artístico.

Esta forma de leer puede ayudar a los participantes a apreciar los detalles de un pasaje bíblico mientras que aprenden cómo comunicar ese amor por las Escrituras de una forma creativa y fácil. Lo que es de vital importancia es que estamos conectando mediante ese proceso de exploración. Como beneficio adicional, los estudiantes pueden descubrir un nuevo talento y disfrutar de la experiencia.

No obstante, permíteme unas palabras de advertencia antes de explicar este método en mayor profundidad. Aunque es buena, esta aproximación no tiene por qué ser adecuada en todos los casos, y el líder será responsable de gestionar la selección de textos teniendo eso en cuenta. La meta es que los participantes respondan al pasaje bíblico usando muchos sentidos y desde distintas perspectivas, aumentando las formas en las que pueden apreciar mejor el material. No es un método rígido, las variaciones se pueden probar e implantar.

En cuanto a las herramientas necesarias, cada uno de los participantes deberán disponer de papel, lápices y rotuladores de distintos colores. Si tuvieran tabletas a mano, también pueden usarlas.

En la primera fase, los participantes deben explorar y centrarse en el texto seleccionado durante 5 minutos. Este tiempo permite que cada persona considere su comprensión del pasaje y cómo pueden expresar ese entendimiento por medio de sus dibujos. Tras ello, los participantes dispondrán de tiempo suficiente para recrear sus ideas en papel y compartirlas con el grupo.

Algunas preguntas que pueden estimular la reflexión y la respuesta creativa incluyen:

  • ¿Hay palabras clave que me llaman la atención?
  • ¿Qué está claro y qué no?
  • ¿Qué información relevante o qué acontecimientos importantes observo en el pasaje?
  • ¿Qué significa y cómo me habla este pasaje?

Cuando todos hayan compartido y explicado sus dibujos, tendremos la oportunidad de tener lo que llamamos “Debate”. Cada participante compartirá un pensamiento sobre cada dibujo, considerando preguntas tales como:

  • ¿Qué dibujo te habla? ¿Por qué?
  • ¿Cuál es tu favorito? ¿Por qué?
  • ¿Qué habrías hecho de otra forma?

Por último, tenemos una fase llamada “Ir Más Allá”. En esta fase, los participantes tienen la oportunidad de dibujar algo nuevo sobre el pasaje y explicar qué es diferente y por qué. Como alternativa al “Debate”, tras terminar los dibujos iniciales, el grupo puede estudiar el texto usando el método tradicional de “Observación, Interpretación y Aplicación”, tras el cual deberían completar un segundo dibujo para su debate.

Hemos probado este método durante una sesión de formación de estudiantes en la región y, según la encuesta que realizamos al terminar dicha formación, fue su parte favorita. Me impresionó la claridad con la que los estudiantes expresaban su comprensión del texto mediante sus dibujos, pero también la diversidad y la riqueza de lecciones que se pueden extraer de un mismo texto.

Jean-Davy Frair
Obrero francófono del equipo regional de CARIFES

 

Compromiso con las Escrituras: Poder, Poesía y Personas en Asia del Sur

“Fórmame, Señor, manténme firmemente arraigado
Para que la verdad que he encontrado no se diluya
Permite que la gracia y la sabiduría abunden en mí
Para que no ceda ante un sistema de este mundo
Señor, fortaléceme, llévame más lejos, hacia lo más profundo
Establece mis pasos, para que permanezca en tu camino”.
[Fragmento de un poema escrito por ST – Ilustración de Timaandra Wijesuriya]

¡Puede que reconozcas los versos que inspiraron a ST a escribir este poema!

ST es miembro de la Red de Multiplicadores del Compromiso con las Escrituras de IFES en Asia del Sur, la cual está formada por obreros del ministerio estudiantil y graduados voluntarios. Juntos exploramos cómo Dios conecta con los corazones y las mentes de las personas en Asia del Sur a través de su Palabra.

En una reunión reciente de la Red, reflexionamos acerca de la Carta de Pablo a los colosenses y su impacto en cada uno de nosotros. En la carta, observamos los temas subyacentes del poder y la sabiduría y cómo Pablo ayuda a la pequeña comunidad cristiana en Colosas para que reconozcan a Jesús como la fuente verdadera de poder y sabiduría.

Ello nos llevó a debatir acerca de qué ámbitos de la sociedad de Asia del Sur poseen el poder (las entidades políticas, las relaciones familiares, los recuerdos y las interpretaciones de la historia, etc.) y cómo podemos ser testigos de Jesús y del reino de Dios en medio de esta realidad.

También reconocimos la importancia de dejar que la Palabra de Dios more entre nosotros en el ámbito comunitario (Colosenses 3:16) y de cómo Dios usa esas conversaciones para revelar las deficiencias de nuestras comunidades, así como en aquellas áreas en nuestras vidas personales que necesitan ser transformadas.

Para los cristianos en Asia del Sur, que forman pequeñas comunidades minoritarias en sus respectivos países, esta experiencia fue tanto desafiante como alentadora. En las culturas donde la violencia y la vergüenza tienen un papel central, compartir problemas personales y comunitarios es todo un reto. Sin embargo, el testimonio de Pablo, cuyo encarcelamiento por parte de las autoridades romanas no lo desanimó a seguir proclamando el Señorío universal de Jesús, fue realmente alentador.

Tal y como queda evidente en el poema de ST, inspirado en la Carta de Pablo a los Colosenses, la Palabra viva de Dios nos sigue hablando y ministrando en nuestros diferentes contextos.

El próximo año, los Multiplicadores del Compromiso con las Escrituras de IFES en Asia del Sur esperan continuar reuniéndose, reflexionando y siguiendo la dirección de Dios a través de su Palabra. En nuestras reuniones, queremos pasar tiempo explorando el Compromiso con las Escrituras en términos de:

• Expresión creativa: Explorando la interacción entre las Escrituras y la expresión artística (poesía, canciones, danza, teatro, medios digitales, etc.)
• Formación espiritual: Explorando cómo las Escrituras nos guían a una intimidad más personal con Dios y a una madurez en Cristo.
• Compromiso contextual: Explorando cómo nos hablan las Escrituras en cuanto a los asuntos actuales en las sociedades y las mentalidades en Asia del Sur.

Apreciamos sus oraciones a medida que tomamos juntos estos próximos pasos y ¡les animamos a compartir este viaje con nosotros a través de la lectura de Colosenses a partir de sus contextos!

Yohan Abeynaike
Líder de Compromiso con las Escrituras – IFES Asia del Sur

 

Involucrando a buscadores de la Palabra

Cuando Zhenya asistió a una ceremonia de graduación en la capital de su país natal, en Eurasia, se dio cuenta de que había centenares de estudiantes internacionales. Habían estado viviendo allí durante 5 años y estaban a punto de irse, probablemente sin haber escuchado el evangelio…

Su deseo de alcanzarlos con las buenas nuevas de Jesús parecía un objetivo imposible. Sin embargo, después de 12 años, gracias a la dirección y provisión del Señor, ahora existe un ministerio de estudiantes internacionales floreciente, y el cual incluye a estudiantes procedentes de otros países sensibles.

En el centro de este ministerio, se hallan la hospitalidad y la Palabra de Dios. Hice algunas preguntas a Zhenya para que podamos descubrir más:

1. ¿Cómo estudias la Biblia con estudiantes internacionales?

Ahora tenemos entre 25 y 40 estudiantes que se reúnen, cada semana, en un pequeño apartamento donde apenas caben. Allí cocinamos, comemos y estudiamos juntos las Escrituras. Es muy importante que los estudiantes se sientan seguros y puedan hacer sus preguntas, debatir y también discrepar, con respeto, partiendo de las bases de la amistad.

Para nuestros estudios bíblicos inductivos, imprimimos el pasaje en todos los idiomas hablados por los estudiantes que están presentes, lo que hace que la Palabra sea accesible para todos. Después de que el líder haya hecho sus preguntas acerca del texto, nos dividimos en pequeños grupos, según el idioma de los estudiantes, y, en cada grupo, un líder estudiantil ayuda a facilitar el debate.

Es muy importante que hagamos preguntas. El líder debe hacer buenas preguntas que guíen a los demás a través del pasaje y los estudiantes deben ser capaces de hacer sus propias preguntas sobre el texto para que ellos mismos descubran lo que dice y ¡sean retados a seguir buscando!

2. A lo largo de los años, ¿qué has considerado como algo importante en el estudio de la Palabra con estudiantes procedentes de diferentes contextos culturales?

Diría que existen tres elementos principales:

a. Las historias: ¡Los estudiantes aprenden a partir de historias! Por lo general, estudiamos los Evangelios y, a veces, historias acerca de los “héroes” del Antiguo Testamento. La tarea principal es permitir que el texto hable por sí mismo y que los estudiantes escuchen acerca de Jesús.

b. Los recursos visuales: En un contexto multicultural y plurilingüe, es muy importante poder visualizar la historia a través de vídeos que ilustren la historia, representaciones del pasaje por parte de los estudiantes, haciendo dibujos o reconstruyendo la historia.

c. La puesta en práctica en la vida real: Los líderes deben guiar adecuadamente a los estudiantes, partiendo de lo que los estos han dicho y ayudarles a ver lo que el pasaje significa en sus propias experiencias.

3. ¿Tienes algún testimonio de cómo la Palabra de Dios ha impactado a un estudiante en concreto?

“Maria”, que procede de un pequeño país musulmán, es un ejemplo. En sus propias palabras, “Maria” pensaba que ya conocía la verdad y sentía curiosidad por sus amigos cristianos, que creían plenamente en Jesús. Aunque todavía creía en su dios, empezó a descubrir la verdad de Jesús a medida que fue asistiendo a los estudios bíblicos. Sin embargo, al cabo de dos años, se dio cuenta de que creía en un dios y estaba estudiando a otro, por lo que sabía que no podía permanecer entre dos aguas para siempre.

Cada semana, “Maria” siguió descubriendo más acerca de Jesús a través de las Escrituras, hasta que decidió empezar a seguirle a Él.

Reflexionando acerca de Juan 10, testifica que:

“Fui capaz de escuchar la voz del Buen Pastor… Y Él me ha guiado a tomar esta decisión”.

Paula
Secretaria Asociada de IFES para el Compromiso con las Escrituras

 

Enfrentarnos a los desafíos de nuestro mundo

Ricardo Borges, Secretario de IFES para el Compromiso con las Escrituras, entrevista Wilson Kiuna, de Kenia, miembro de la red global de IFES de multiplicadores del Compromiso con las Escrituras

Ricardo y Wilson

Ricardo y Wilson

¿Por qué podría ser importante hacernos preguntas sobre las Escrituras a la luz de los desafíos a los que nos enfrentamos en este mundo, como el tema de la política?

Tenemos que hacernos preguntas sobre las Escrituras principalmente porque la Biblia es la revelación de la mente de Dios sobre la realidad entera; nos enseña cómo debe vivir el pueblo de Dios, y cómo debemos interpretar y enfrentarnos a los temas y desafíos de la vida diaria y en cualquier época, espacio y cultura (Dt. 32:47; 2 Ti. 3:16-17). También veo en la Biblia una verdad que nos da una lección de humildad: el Dios todo poderoso, que habita en una luz inaccesible, nos invita a [mantener] un diálogo con Él en nuestras luchas más sinceras. Dios es lo suficientemente grande como para manejar nuestras dudas, preocupaciones, miedos, frustraciones. Esto incluye también el trauma de la realidad socioeconómica y política rota, tal y como ilustra Gedeón (por ej. Jue. 6:13).

¿Cuál es la mejor forma de hacer preguntas sobre las Escrituras?

En primer lugar, tenemos que tener en cuenta el contexto de la vida de las comunidades de fe en la Biblia; cómo interpretan sus propios desafíos; la clase de preguntas que hacen… y hacerlo a la luz de la historia general de la Biblia. Así, utilizando todos nuestros sentidos, intentaremos sumergirnos en su dolor y lamentaciones, su gozo y esperanza. En segundo lugar, necesitamos estudiar las Escrituras en comunidad con otros, con los pies cimentados en nuestras realidades contemporáneas. Esto ilumina y profundiza nuestra visión.

La Biblia es bastante extensa y la revelación de Dios se nos ofrece como una variedad de contenidos en diferentes formatos. Como tal, ¿cómo sabemos dónde buscar las respuestas a las preguntas que estamos haciendo?

Creo que es absolutamente importante apuntar que TODA ESCRITURA es inspirada por Dios y útil para toda la vida (2 Ti. 3:16-17), incluso para los aspectos más mundanos, ¡como rellenar la declaración de la renta! Hay una unidad teológica esencial que conecta la historia bíblica entera, apuntando a y encontrando en última instancia una vida plena en Jesucristo (Jn. 5:39 y ss.). En este sentido, empezamos a buscar respuestas a nuestras preguntas, no solo para satisfacer nuestra curiosidad intelectual, sino para responder en obediencia a una invitación personal hecha por Jesús mismo a venir a él “para tener esa vida” (Jn. 5:40). Así que empezamos nuestra búsqueda con una petición humilde para que nos ilumine y nos guíe y que, sea cual sea el punto de partida en el estudio bíblico, el Espíritu Santo, nuestro fiel maestro, nos abra los ojos, para que podamos contemplar “las maravillas de tu ley” (Sal. 119:18).

¿Qué ganamos haciendo estas preguntas con personas que son diferentes a nosotros?

Creo que esta práctica nos ayuda a apreciar a nuestra “comunidad de gente necesitada” como pueblo de Dios, sea cual sea nuestra cultura, sexo, trasfondo socioeconómico u otros aspectos de diversidad; ¡todos necesitamos la gracia de Dios! En segundo lugar, esta práctica enriquece nuestro discernimiento de la verdad bíblica, a medida que la gente comparte recursos hermenéuticos y herramientas de otras culturas y experiencias vividas (lenguaje cultural, historias y anécdotas, etc.), e ilustraciones del uso de las Escrituras en la vida real. En tercer lugar, ofrece un desafío “redentor” para nuestros puntos flacos personales y culturales, que a menudo frustran nuestro compromiso con las Escrituras.

¿Cómo respondemos a las preguntas que las Escrituras nos hacen de vuelta?

Creo que es un acto redentor de la misericordia de Dios cuando las Escrituras nos hacen preguntas, especialmente aquellas que hacen frente a nuestros defectos. A menudo nos invita a examinarnos y a reorientarnos (Sal. 139:23-24). Este aspecto transformador exige que cultivemos un espíritu contrito que se deja enseñar (Sal. 32:8-10) y la diligencia de los judíos de Berea, que escudriñaban las Escrituras en comunidad (Hechos 17:11).

Preguntas a y desde las Escrituras

Question mark

Photo by Matt Walsh on Unsplash

Siempre me han fascinado las preguntas que nos hacemos y que se nos hacen cuando interactuamos con el Señor por medio de las Escrituras. Con esto también me refiero a los temas grandes y pequeños que se plantean actualmente las personas que tenemos alrededor, además de la forma en la que las Escrituras mismas nos desafían y nos transforman.

Quizás por eso me ha gustado escuchar las noticias de un ejercicio que realizaron hace poco nuestros amigos de IFES Asia del Este. Por medio de una serie de vídeos, los obreros de diferentes movimientos son expuestos a un texto de las Escrituras e invitados a hacer preguntas que surgen del texto. Creo que esto nos ayuda a reconocer un punto importante que a menudo pasamos por alto: cuando nos acercamos a las Escrituras, quiénes somos y dónde estamos afecta a cómo respondemos. En otras palabras, el contexto importa.

Las circunstancias en las que vivimos, nuestro trasfondo, incluso nuestra edad y sexo, juegan un papel en cómo leemos la Palabra de Dios. Creo que si prestáramos más atención a esto nos beneficiaríamos más de la diversidad de la comunidad en la que estudiamos las Escrituras. Esta variedad de perspectivas y preguntas nos ayudaría a ser más conscientes y a estar abiertos a cómo el Espíritu Santo nos transmite su Palabra.

Si prestamos atención a estos matices, nos animarán a tener un testimonio más eficaz. Creo que las personas religiosas, ya sean cristianas desde hace mucho tiempo o estén interesados en temas espirituales, hacen preguntas bastante diferentes a las que hacen los ateos o los agnósticos. Cuando estudio el texto bíblico, por ejemplo, las preguntas que hago no van a ser las mismas que las que hace alguien de otra tradición religiosa o alguien que no tiene una visión religiosa del mundo. Pero no debo ignorarlas y tampoco debo intentar responderlas rápidamente ni decir que no están haciendo la pregunta “correcta” sobre el texto bíblico. Es legítimo y adecuado escuchar con atención e intentar entender las preguntas que hacen a las Escrituras.

Del mismo modo, siempre debemos prestar atención cuando las Escrituras nos preguntan algo a nosotros, especialmente cuando estas preguntas nos sorprenden, desafían o inquietan. Las preguntas que normalmente serán las más transformadoras son aquellas nos llevamos después leer la Biblia y para las que no encontramos una respuesta fácil. Sacuden los cimientos de todo lo que damos por sentado, ya sea en nuestra propia opinión o de la tradición en general. Al hacerlo, revelan más sobre la voz de Dios que habla con autoridad. Y esa voz, que habla por medio de las Escrituras, viene de Aquel que provoca el cambio. Las preguntas traen vida: no debemos tenerles miedo.

Ricardo Borges, Secretario de IFES para el Compromiso con las Escrituras.

Preguntas honestas a Dios: El sufrimiento de Job

“¿Quién es Dios? ¿Él importa? ¿Cuida de nosotros?

Estas preguntas simples en apariencia podrían ser las preguntas más profundas que lleguen a hacer los estudiantes…

Job – preguntas honestas a Dios

[Obra de Fercho Vera, Ecuador]

Crecí en una familia de pastores. Dios formaba parte de nuestras vidas diarias. Lo conocía y tuve varias experiencias poderosas con Él desde mi infancia. Sin embargo, en mis años como estudiante universitaria, experimenté una crisis de fe durante una temporada de pérdida y sufrimiento personales.

Un día, una amiga a quien había invitado para que viniera a nuestro estudio bíblico dijo: “No quiero estar cerca de Dios. Le tengo miedo, por la forma en la que trató a Job en la Biblia”. Sin poder dar una respuesta concreta, le dije que no conocía a Dios en absoluto. Sin embargo, yo tenía exactamente las mismas preguntas. “¿Quién es Dios? ¿Él importa? ¿Cuida de mí?”

¡El Libro de Job parece un libro que requiere que su lector tenga una cita preconcertada! Mi camino con Job se intensificó el año pasado, cuando GBUCh, el movimiento estudiantil de Chile, me invitó a que diera tres charlas para su conferencia estudiantil nacional virtual.

Primero, leí el libro tres veces, a la vez que oraba para que el proceso de conocer a Dios más profundamente a través de este libro no fuera obstaculizado por prejuicios o conocimientos previos. A medida que leía y volvía a releer Job, me iba preguntando: “¿Dónde está Dios en todo esto? ¿Qué nos dice el autor acerca de quién es Él?” Todavía tenía muchas dudas, pero también sentía admiración y ganas de alabar.

Siendo consciente del temor que mi amiga había sentido a causa del comportamiento de Dios en Job, preparé las charlas centrándome en los capítulos 1, 19, 28 y 42, los cuales proveen, a mi entender, muchas joyas que atesorar acerca del carácter divino. El libro nos invita a nosotros, los lectores, a emprender un viaje. En primer lugar, somos testigos de la declaración de quién es Dios y de su amor por Job (Job 1), tan solo para encontrarnos con el desconcierto y el malestar causados por el sufrimiento de Job, reflejados en su desesperado lamento (Job 19). Más tarde, estas escenas llegan a su clímax con la bella imagen de Dios como redentor y dador de vida. Además, se nos presenta a Dios como la personificación de la sabiduría (Job 28). Al final, aunque no sin dificultades para Job o para nuestra comprensión del texto, vemos a Dios restaurando y dando nueva vida (Job 42).

He acompañado a obreros y estudiantes procedentes de Chile, de Ecuador y, más recientemente, del norte de México, en su sufrimiento y su gozo a medida que íbamos estudiando el libro de Job. Este proceso ha llevado a que los estudiantes consiguieran tener momentos de reconciliación con Dios. Tal y como un participante compartió:

“Dios me sorprendió… Descubrí la espiritualidad de alguien que ama profundamente a Dios; Dios, el maravilloso Creador, que nos ama profundamente a pesar de todo el sufrimiento que permite en nuestras vidas. El Libro de Job me inspira a tener un nivel más profundo en mi relación con Dios y a una vida de oración honesta y de espera…”.

Ana Miriam Peralta, obrera de COMPA y miembro del equipo global del Compromiso con las Escrituras.

Dios y las Escrituras en tiempos de guerra

[Una querida amiga ucraniana de nuestra red de multiplicadores del Compromiso con las Escrituras comparte algunos pensamientos con nosotros.
Ella está caminando fielmente junto con estudiantes y obreros, estudiando la Biblia con ellos y, juntos, se están ocupando de los refugiados a causa del conflicto].

arbustos en flor y narcisosDurante una visita reciente a mi madre, no podíamos dejar de admirar los arbustos en flor y los narcisos que Dios parecía haber esparcido por todas partes, trayendo así Su luz en la oscuridad.
(fotografía tomada por L.S.)

Fue un buen recordatorio de que la luz de Dios ya ha erradicado la oscuridad y que Él sigue obrando en nuestro mundo. Esta es la verdad que debemos experimentar, en la realidad de nuestras vidas diarias, en este país.

El 24 de febrero, los habitantes de Kharkiv, Kyiv y otras ciudades y pueblos se despertaron con el sonido de bombas destruyendo sus casas. Desde entonces, muchas personas inocentes han sufrido de maneras imposibles de imaginar. Hombres, mujeres y niños de todas las edades han muerto o han perdido sus hogares. Ya sean amas de casa o soldados, todos llevan consigo las cicatrices de innumerables horrores.

un edificio destruido

Suburbio de Kyiv (fotografía tomada por M.M).

Cinco millones de personas han dejado sus hogares en busca de seguridad. Mientras escuchábamos las historias de los refugiados que llegaban de Kyiv, todas llenas de destrucción y de un terror brutal, sentimos una profunda conmoción y rabia. Lloramos y clamamos a Dios con muchas preguntas.

Justo antes de Semana Santa, me desperté con un súbito ataque de ansiedad. Intenté volver a dormirme, pero mis preocupaciones se intensificaron. ¿Y si bombardeaban nuestra casa y teníamos que huir? ¿Adónde iríamos? ¿Y si mis hijos y mi marido eran llamados a luchar? ¿Y si asesinaban personas en nuestra ciudad? ¿Y si la paz no llegaba pronto?

Ese día, pasé mucho tiempo en silencio, hablando con Dios.

Reflexioné sobre la última conversación que Jesús tuvo con Sus discípulos en Juan 13-14 cuando anunció que iba a dejarlos.

Mientras leía las preguntas de los discípulos, casi podía sentir su pánico.

Durante tres años, estuvieron juntos: comiendo, riendo y viendo los milagros de Jesús. Escucharon Sus enseñanzas, experimentaron Su poder y entonces, de repente, Jesús iba a dejarlos; solos.

Frente a la ansiedad de estar sin su Señor, Sanador, Maestro y Profeta, los discípulos se preguntaron cómo iban a soportarlo. Así que le preguntaron a dónde iba y si podían ir con Él. Se podría decir que ellos también acababan de tener un ataque de ansiedad.

“Confíen en Dios, y confíen también en mí” (Juan 14:1, también Juan 14:11-12).

Esa mañana, casi podía ver a Jesús tomando mi mano y escuchar su voz diciéndome: “No, no comprendes todo este sufrimiento a tu alrededor, la brutalidad y la destrucción que tu nación está viviendo. Pero cree en Mí, cree en Mí”.

Sigo viendo cómo Dios, en su gracia, da paz a mi mente y calma mi turbado corazón. Me da fuerza para seguir avanzando en el camino que Él ha establecido para mí. No conozco el final, pero confío en Él.

Desaprendiendo y aprendiendo con Pablo

Para la mayoría de nosotros en el contexto africano, la oración y la piedad son una parte indispensable de nuestra espiritualidad. Oramos y buscamos a Dios para todo, desde la atención médica hasta el empleo y los préstamos bancarios. Nada se da por sentado ni se deja al azar, porque la mayoría de las veces, ¡nuestros sistemas nos fallan!

Por mucho que oremos, algunas de nuestras oraciones son muy preocupantes. Su contenido es ajeno al lenguaje y la actitud de la Biblia. Lo mismo puede decirse de la postura de nuestras oraciones y de las personas que oran. La motivación suele ser el miedo y el deseo de manipular todo lo espiritual en nuestro beneficio.

Estas son algunas de las oraciones de Pablo que examinamos en un reciente viaje con el personal de ESWAFES, el movimiento de Esuatini:

1) Pablo agradece a Dios por su pueblo (por ejemplo: Romanos 1:8-10, 1 Corintios 1:4, Efesios 1:16, Filipenses 1:3-4, Colosenses 1:3, etc.).

2) Pablo oró por su sabiduría y conocimiento (por ejemplo Efesios 1:17, Efesios 1:18, Romanos 15:13).

3) Pablo pidió a la gente que orase por él (por ejemplo 2 Tes 3:1-2, Fil 1:22) y una serie de otros muchos asuntos.

Al examinar las oraciones de Pablo en nuestros estudios, vimos que había que aprender y desaprender muchas cosas. Tenemos que desaprender muchas prácticas con las que la oración se ha asociado en nuestro contexto, al igual que en su contexto, los discípulos necesitaban orar de forma diferente a los hipócritas y paganos (Mateo 6:5-8).

He aquí algunos de las cosas que hemos tenido que desaprender:

a) Dios no es un recadero que enviamos a nuestro antojo a través de la oración.

b) La oración no es un arma que utilicemos para que Dios cambie de opinión y haga nuestra voluntad.

c) La oración es más grande que nuestro propio egocentrismo; no se trata de nosotros.

Estas cosas fueron muy difíciles de desaprender porque han sido parte de nuestra economía de la oración desde que fuimos salvos, tanto nosotros como nuestros pioneros. Alabado sea Dios porque aprendimos muchas lecciones vitales de las oraciones de Pablo, incluyendo las siguientes:

(a) Las prioridades de Dios deben convertirse en nuestras prioridades en la oración.

(b) La soberanía de Dios sobre los asuntos de los hombres y su creación son la base de nuestra confianza en la oración.

(c) La sumisión al gobierno de Dios es la máxima motivación para una vida de oración.

Mientras pensamos en la oración, me gustaría invitarnos a todos a mirar algunas de las grandes oraciones que el pueblo de Dios hizo en la Biblia. Intentemos aprender de ellos. Las oraciones de Pablo son una colección maravillosa para los cristianos de hoy

Mukululi Ncube, miembro del personal de la ESWAFES y del equipo global de IFES para el Compromiso con las Escrituras.

La Biblia en mi vida

La Biblia es lámpara a nuestros pies y luz para nuestro camino. Es salud para el alma y el aliento de Dios mismo. A través de ella, Dios nos reta y nos consuela, nos reprende y restaura, nos exhorta y nos alienta. En todo, es la revelación de la verdad de Dios.

Pero la Biblia también se puede usar mal. Por ello la gran disciplina de IFES de los estudios bíblicos inductivos es importante: aprender a comprender las Escrituras en sus propios términos; respetando su contexto y obedeciendo el mensaje, independientemente lo incómodo que nos haga sentirnos.

El estudio bíblico puede convertirse fácilmente en un ejercicio abstracto. Por eso me encanta que uno de los valores fundamentales del IFES no sea simplemente “la Biblia”, sino “el Compromiso con las Escrituras”. Todo estudio bíblico no debe versar, en última instancia y principalmente, sobre nosotros, sino sobre Dios, su carácter y su invitación a utilizar esta Santa Revelación para conocerle mejor.

Cuando Darrell Johnson fue entrevistado en la Asamblea Mundial de 2015, compartió cómo, antes de abrir un pasaje para preparar su predicación, se preguntaba (haciendo referencia al Cantar de los Cantares) “¿qué me dice este pasaje sobre aquel a quien ama mi corazón?” Esa debería ser la pregunta para todos nosotros cuando abrimos las Escrituras en cualquier momento, seamos o no predicadores o líderes de estudios bíblicos.

A título personal, mi camino con las Escrituras ha pasado por varias etapas. Tuve el privilegio de que me las enseñaran cuando era un bebé sentado a los pies de mis padres y me fascinaba como oyente; para mí era un cuento a la hora de dormir. En la adolescencia, al comprometer mi vida con Cristo y leerlas regularmente como disciplina espiritual, veía a las Escrituras como una historia para mí; un conjunto de exhortaciones para ayudarme a vivir bien como discípulo.

Luego, a medida que crecía en la fe, me di cuenta de que era una historia sobre mí; vi más claramente mis propios defectos en las vidas de sus defectuosos héroes y me maravillé de la suficiencia de Cristo para cubrir todo mi pecado. Cuando las estudié más profundamente en el seminario y me embarqué en el ministerio de la predicación, se convirtieron (no siempre para bien) en una historia mía; verdades de las que me sentí encargado de transmitirlas a los demás. Con el tiempo, me di cuenta de que todos estos hilos debían unirse y, a medida que comprendía con más firmeza la profundidad de la gracia de Dios, se convirtieron en una historia que crecía dentro de mí. Cuando me relaciono con las Escrituras, el Espíritu que inspiró a esos autores es el mismo que me está convenciendo y cambiando. Es un viaje en el que sigo y, si puedo, quiero llevar a otros a hacerlo conmigo.

David Montgomery, Secretario Regional de IFES en Europa.