Un resultado inesperado después de leer las Escrituras. Un testimonio.

Aunque mis padres eran ateos, se consideraban musulmanes. Yo me hice musulmán tras la caída de la Unión Soviética, cuando la religión volvió a permitirse. Algunos de mis parientes me dijeron que me estaba volviendo cada vez más fanático.

Pero entonces mi hermana aceptó a Jesús como su Salvador y cuando nos comunicó su decisión, todos nos opusimos a ella. ¡Qué vergüenza para nuestra familia musulmana! La presionamos y yo incluso llegué a pegarle una vez. Mientras estuve fuera de casa en el ejército, la fe de mi hermana maduró y se hizo más valiente. Cuando volví me sorprendió la confianza con la que mi hermana compartía acerca de Jesús, pero sus palabras no me decían nada. Yo la veía como una traidora.

Un día mi hermana me invitó a unos cursos gratuitos de inglés. Me di cuenta de inmediato que las personas que ofrecían los cursos probablemente serían misioneros, pero me daba igual. Quería aprender inglés para poder encontrar un buen trabajo o emigrar a Occidente para tener una vida mejor. Después de las clases de inglés se nos invitó a quedarnos a unos estudios bíblicos. Después de un tiempo empecé a quedarme y discutíamos a menudo: Yo argumentaba que Jesús era sólo un profeta; ellos estaban convencidos de que era Dios. Algo que me impresionó fue el amor que mostraban. Yo a veces faltaba al respeto pero siempre me sentía aceptado.

Después de asistir a este grupo regularmente durante un año, decidí leer el evangelio. Quería probarles a estos “cristianos perdidos y engañados” que Jesús no era un Dios, sino sólo un profeta. Así que empecé a leer y muy a mi pesar disfruté con la lectura. Todos los días volvía a casa corriendo desde el trabajo para seguir leyendo. Todo iba bien hasta que leí Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí”. Esta declaración me impactó. ¿“Nadie”? ¿Y los musulmanes? Entonces, ¿qué debo hacer? Deseaba que Jesús no hubiera dicho eso…

Entendí que tenía que tomar una decisión. Esta fue mi primera oración a Jesús: “Jesús, si realmente eres un Dios, házmelo saber y te seguiré”. Pasó algún tiempo y sentía una paz que nunca había sentido antes. Acepté a Jesús como mi Salvador. No se lo conté a nadie durante unos dos meses. Cuando se lo conté a mi hermana, me dijo con alegría: “¡Sabía que ocurriría! He estado orando por ti durante todos estos años”. Esto ocurrió en el año 2001 y he andado con el Señor desde entonces.

El autor trabaja como voluntario en el ministerio de IFES.

Sencillamente, No Siga Corriendo

Todos estamos de acuerdo que es importante. Mantenemos nuestros programas corriendo. Pero rara vez nos detenemos para reflexionar, evaluar y renovarnos. Nuestro uso de las Escrituras rara vez se incluye en la agenda, el asunto no es lo suficientemente urgente.

Pero quizá sí lo sea. El uso con las Escrituras no se mantendrá fuerte automáticamente en IFES si seguimos haciendo lo que hemos estado haciendo siempre. Necesitamos identificar y afrontar los retos de hoy si queremos que esta generación de estudiantes ame, estudie, viva y comparta la Palabra de Dios.

El movimiento mexicano paró para hacer una pequeña consulta en el año 2012. Esta consulta de un solo día reunió a 27 obreros, estudiantes y voluntarios. El programa consistió de cuatro sesiones:

_Viviendo en la Palabra. ¿Cómo podemos integrar escuchar y responder la Palabra de Dios en nuestras propias vidas? Si queremos fortalecer el uso de las Escrituras en nuestros movimientos, debemos empezar por nosotros mismos.

_Construyendo Convicciones. Con frecuencia asumimos que nuestros estudiantes tienen ciertas convicciones, pero la experiencia nos ha demostrado lo contrario.  ¿Qué piensan acerca de la Biblia y qué fuerza ha tenido su impacto en sus vidas? ¿Los estudiantes acuden a la Biblia reflexionando acerca de asuntos actuales como la sexualidad, los valores o la injusticia? ¿Cómo podemos fortalecer esto?

_Descubriendo Oportunidades. En esta creativa e interesante sesión, cada participante compartió una experiencia o idea que funcionó bien en su grupo.

_Prosiguiendo hacia Delante. Tras la consulta identificaron pasos concretos.

Cada sesión duró dos horas e incluyó tanto tiempo de trabajo en grupos pequeños como períodos para compartir y debatir los resultados en las reuniones plenarias. Los participantes se prepararon para la consulta reflexionando acerca del informe de la Consulta Global IFES del Uso de las Escrituras y trayendo una idea para compartirla.

A través de la consulta, identificaron retos, compartieron nuevas ideas y muchos obreros decidieron centrarse en el Uso de las Escrituras en sus ministerios. Algunos planes para el futuro son:

  • afrontar asuntos globales en base a las Escrituras;
  • promocionar formas públicas y creativas para el Uso de las Escrituras en la universidad;
  • estudiar libros (enteros) de la Biblia de distintas partes de las Escrituras, en todas las conferencias;
  • desarrollar una red nacional que siga trabajando en el fortalecimiento del Uso de las Escrituras.

Para obtener más información, pueden ponerse en contacto con Ana Míriam Peralta, obrera regional de COMPA México y una de las líderes de la consulta: anamiriam (at) compa.mx.

Hay otras formas de detenernos y reflexionar. El año pasado, movimientos IFES en el Asia del Este celebraron una conferencia regional de seis días acerca del Uso de las Escrituras. Otros movimientos incluyeron sesiones acerca de diversos aspectos del Uso de las Escrituras en sus programas habituales.

Sencillamente, No Siga Corriendo. Puede ser que no le lleve donde quiere ir.

Sabine Kalthoff

Agua que Vivifica en Circunstancias Difíciles

Mis vacaciones de verano del año 2012 resultaron ser un accidente de bicicleta, seguido de una cirugía de emergencia, un período de recuperación de dos meses y más cirugía. Me resultó muy difícil encontrar paz en esta situación, especialmente porque seguía sufriendo las consecuencias de un accidente aún peor que había sufrido tres años atrás.

Le dije al Señor, “Sé que eres bueno, eres bueno con todo el mundo, pero no conmigo. No veo tu bondad en mi vida. Te sigo y te sirvo, pero mi cuerpo está roto y mi corazón quebrantado. ¿Dónde está tu bondad?”

La tristeza, la confusión y la apatía me rodeaban mientras transitaba por este desierto espiritual. No podía “arreglarme” a mí misma y otra gente no podía ayudarme, sus palabras entraban en mis oídos pero no alcanzaban mi corazón.

A lo largo de esos meses, solo pude oír al Señor hablándome a través de la Biblia. El Espíritu Santo usó mi decisión de leer la Biblia sin importar cómo me sentía o lo que pensaba acerca de mí misma y de Dios. En mi desierto, el Espíritu Santo me daba un sorbito de agua para sobrevivir cada día. Estaba viviendo tan solo por esa agua – la Palabra de Dios – bebiéndola poquito a poquito.

Leí el libro de Job. Él me entendía. Él clamó al Señor en su miseria y en la amargura de su alma: “No encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino sólo agitación” (Job 3:26). ¡Mi angustia y mi sufrimiento estaban ahí mismo, en medio de la Biblia!

El Señor me habló a través del Salmo 145: Yo soy clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor (v8). Yo soy bueno con todos (v9). Yo levanto a los caídos y sostengo a los agobiados (v14). Yo estoy cerca de quienes me invocan, de quienes me invocan en verdad. Cumplo los deseos de quienes me temen;  atiendo a su clamor y los salvo. Yo cuido a todos los que me aman (v18-20).

El Espíritu Santo dejó que estas palabras calaran profundamente en mi corazón: “Estoy cuidando de ti, te he escuchado y te salvaré…” A través de las Escrituras pude creer de nuevo que el Señor es bueno, que siempre es bueno, es bueno con todo el mundo, ¡incluso conmigo!

Lilit Avayan, Secretario General Armenia
lilitavayan (at) yahoo.co.uk

Hablando las Escrituras

¡El que tenga oído, oiga! Leer los pasajes bíblicos en voz alta puede ser una forma de escuchar lo que leemos. “Hablando las Escrituras” lo tiene en cuenta. Es una forma excelente de entrar en un pasaje en los estudios bíblicos de grupos pequeños, por ejemplo. En lugar de leer el pasaje bíblico una vez en voz alta, se habla repetidas veces. Los estudiantes aprenden a escuchar con atención. Cuando escuchan y se imaginan el contexto de su público original, empiezan a hablar las palabras de tal forma que se vuelve más viva y cobra un mayor significado.

Cuando usamos esta aproximación en los estudios bíblicos en grupos pequeños, el director hace que distintos estudiantes “hablen las Escrituras”. Mientras un estudiante está hablando una porción de las Escrituras, invita a los demás a escuchar y responder: “¿Cómo fue la lectura? ¿Puede sentir algo? ¿Le hizo pensar en ello en mayor profundidad?” Seguidamente les pide a los demás estudiantes que intenten hablarla. La información sobre los antecedentes puede ayudar a los estudiantes a imaginarse la situación. El director puede pedirle a los estudiantes que identifiquen lo que está ocurriendo al ponerse en el lugar de la gente que estaba implicada: esto incluye a los personajes de la historia, pero también, el salmista, el profeta o el escritor de una epístola, por poner unos ejemplos. El director puede hacer preguntas como: ¿Cómo cree que le dijo esto Jesús al paralítico? ¿En qué tono respondió el paralítico? (Juan 5). ¿Cómo pudo Pablo decir lo que le escribe en la carta a Filemón? ¿Cómo expresa la acción de gracias el salmista?

“Hablando las Escrituras” ha demostrado que ayuda a los estudiantes a entrar en el pasaje. En una fase inicial, los estudiantes pueden creer que es un poco raro; hasta puede que se rían cuando hablan. Pero cuando se meten en el pasaje, la Palabra se vuelve viva para ellos, toca sus vidas y cambia su forma de comprender la Palabra de Dios. Para ser un poco más creativos, se puede añadir una interpretación a la receta cuando los estudiantes se dediquen a hablar las Escrituras. No obstante, el director tiene que valorar si esto es más una distracción que una ayuda, porque a veces puede ser un impedimento.

Puede comenzar probando pasajes de la narrativa de los Evangelios. Luego puede seguir con las epístolas, los salmos y la profecía. De hecho, se pueden trabajar así todos los géneros de la Biblia. “Hablando las Escrituras” ha cambiado la forma en la que organizo los estudios bíblicos con los estudiantes. ¡Espero que descubra el gran valor de esta aproximación! Vengan y participen de hablar las Escrituras, hablando y entrando en la Palabra que transforma vidas.

Lee Wan Ling, obrero de FES Malasia
wanling (at) fes.org.my

Escuchar y el Estilo de Vida

¿Ha conversado alguna vez con un estudiante y repentinamente se ha dado cuenta de que se ha perdido lo que esa persona estaba diciendo? ¿Alguna vez ha leído un pasaje bíblico sin absorber su contenido? Yo sí. Para muchos de nosotros, escuchar es todo un reto. Nuestros pensamientos están llenos de tantas cosas; estamos pre-ocupados. Y entonces somos incapaces de asimilar nada nuevo.

Para poder sobrevivir en nuestros estudios, muchos hemos aprendido a hacer lecturas diagonales. Leemos rápidamente para ser más eficientes, pero cuando aplicamos esto a las Escrituras no es nada efectivo. Salvo que vayamos más despacio, no escucharemos bien. ¿Cómo podemos aprender a pararnos y escuchar en medio de nuestras ajetreadas vidas? ¿Cómo podemos crear espacio para recibir la Palabra de Dios? La respuesta a estas preguntas no tiene que ver con cómo leemos nuestra Biblia, sino que también está relacionada con cómo vivimos nuestras vidas enteras.

El poder escuchar bien la Palabra de Dios tiene que ver con nuestro estilo de vida. El año pasado, Isra Ortiz, obrero de GEU Guatemala, se dio cuenta que necesitaba hacer algunos cambios en su vida:
En los últimos años desarrollé el hábito de desvelarme. Sabía que no era un hábito sano pero no me preocupé mucho. Sin embargo, eventualmente me di cuenta de que me estaba afectando de maneras negativas. Me costaba levantarme por la mañana. Con frecuencia me sentía cansado durante el día, y siempre me encontraba en una carrera. Todo esto me impedía tener tiempos de calidad con el Señor y su Palabra. Me sentía cansado, pero también intranquilo, desesperado por la presencia de Dios y su dirección.

El Señor me hizo entender claramente que debía hacer un cambio práctico en mi estilo de vida: irme a dormir más temprano. ¡Por el bien de mi salud pero también por el bien de mi alma! Actualmente estoy en el proceso de cambiar mi antiguo hábito.

Algunos días me cuesta mucho, pero por la gracia de Dios ha habido avance. Este simple cambio en mi estilo de vida me está ayudando a tener un mejor descanso, a levantarme más temprano y a empezar el día con Dios. Desde que comencé a leer la Biblia por las mañanas, tengo una nueva relación con la Palabra de Dios. Estoy disfrutando a Dios desde el comienzo del día. Y eso lo cambia todo.

El escuchar bien también está relacionado de otra manera con nuestra forma de vida. Incluye la obediencia, respondiendo a lo que oímos de palabra y de hecho. Jesús dijo: “Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lucas 8:21).

Sabine Kalthoff

Formándonos a través de los Salmos

El Proyecto Salmos comenzó en octubre de 2010 como un viaje de 7 años. Los participantes meditan sobre veintiún salmos cada año y memorizan al menos algunos de ellos. El propósito es que los salmos transformen nuestra adoración, oraciones y comprensión de Jesús.  Como parte de este viaje, las personas involucradas comparten breves meditaciones todos los meses acerca de lo que Dios les está enseñando.  Todos los años, leen un libro acerca de los Salmos.  Durante los primeros años, han leído:

  • Los Salmos, de Dietrich Bonhoeffer;
  • La Conquista del Espacio Interior:  Aprendiendo el Lenguaje de la Oración, por Sunder Krishnan;
  • Una Larga Obediencia en la Misma Dirección, de Eugene Peterson (acerca de los Salmos de Ascensión: 120-134).

Polina, una obrera IFES en Asia Central, participa en este viaje. Cuando le consultaron acerca de su experiencia, compartió:

El Proyecto Salmos es una gran oportunidad personalmente para mí es tener un plan claro para leer la Biblia y ser responsables. Este proyecto me mantiene centrado en la Palabra de Dios y en Dios mismo. El memorizar pasajes me ayuda a desarrollar una disciplina para organizar mi tiempo y mis pensamientos y conocer la Palabra de Dios sin mirar la Biblia. Es más, todos los salmos que he memorizado han conducido al desarrollo de debates con estudiantes y amigos quienes han fortalecido su enfoque en las Escrituras. Los Salmos, más que cualquier otro libro, describe una vida espiritual y las experiencias que ocurren dentro de un creyente. Debido a la gran variedad de salmos (salmos de alabanza, de lamento, etc.) pueden leerse en cualquier momento y ser adecuados. Los Salmos me ayudan a formar mi oración cuando profundizo en ellos. Todas estas razones me motivan a seguir.

A veces lucho contra mi propia pereza, no tanto en la lectura sino en la escritura de mis meditaciones. No obstante, gracias a la claridad del programa y los recordatorios mensuales, he logrado seguir adelante. Al intercambiar meditaciones con otros participantes es una parte valiosa de este proyecto. Las meditaciones que nos mandamos los unos a los otros suelen reflejar nuestra comprensión personal de un salmo, aquello que más nos impactó o una experiencia que hayamos tenido que nos hace conectar con el salmo.”

Tim Berends, un obrero IFES en Asia Central, facilita esta oportunidad de formación en línea. Si les gustaría unirse a este viaje internacional o quieren más información, por favor, escríbanle a sabine.kalthoff (at) ifesworld.org.

Aprendiendo a Orar

La Biblia no solo nos enseña que la oración es importante, sino que también nos muestra cómo orar. Según vemos las oraciones que nos muestran las Escrituras, aprendemos cómo orar.

Una cosa que me fascina de las oraciones de los salmos es cómo la vida se eleva en oración: las partes brillantes y obscuras de la vida, el gozo y el dolor, el amor y el odio. Un salmo precioso de confianza sigue a un salmo de lamento (por ejemplo el Salmo 23 después del 22). ¿Acaso no refleja esto la realidad de nuestro caminar con Dios? Los salmos-oración no son tan bonitos y limpios, expresan sentimientos tales como la ira (por ejemplo Salmo 137) o preguntas dolorosas (por ejemplo Salmo 13). Toda la vida tiene un lugar en estas conversaciones con Dios. Estas oraciones nos invitan a hablarle a Dios de todo, sin editar nuestros pensamientos o nuestros sentimientos.

Las oraciones de las Escrituras también nos invitan a orar con una perspectiva amplia. Con frecuencia, nuestras oraciones simplemente son un eco de nuestros pensamientos y oraciones que solemos tener dentro. Las oraciones bíblicas nos ayudan a orar a la luz de la realidad de Dios. La oración del Señor incluye los propósitos de Dios para el mundo entero (Mt. 6:9-13). Las oraciones de Pablo han retado mi tendencia a orar primordialmente para que Dios cambie las circunstancias difíciles y resuelva problemas. Las oraciones de Pablo van más allá cuando ora para que los creyentes crezcan en su conocimiento de Dios, dar fruto, y andar fielmente con Dios hasta que Cristo regrese. (Véase Ef. 1:15-23; 3:14-21; Fil. 1:3-11; Col. 1:3-14).

Déjenme cerrar con algunas sugerencias acerca de cómo las oraciones de las Escrituras pueden formar nuestra oración comunal:

  • Oren usando oraciones de la Biblia. Pueden articular las palabras de las Escrituras juntos. O pueden orar algunas frases de las Escrituras y permitir que dichas palabras les lleven a oraciones más profundas antes de continuar con la oración bíblica. De esta forma, nuestras oraciones alternarán entre palabras de las Escrituras y nuestras propias palabras en la oración.
  • Oren unos por otros usando las oraciones de Pablo. Personalicen las oraciones insertando el nombre de la persona por la que están orando.
  • Lean las oraciones de las Escrituras juntos. Tras un tiempo de reflexión silenciosa y de compartir permitan que esta oración moldee el tiempo de oración comunal.

De forma similar, pueden permitir que las oraciones de las Escrituras moldeen su vida de oración personal. Cuando nos adentremos en estas oraciones, estaremos aprendiendo cómo orar.

Sabine Kalthoff

Una Experiencia Albanesa

Realmente quiero ayudar a los estudiantes a leer la Biblia, no solo a diario, sino que la lean libro por libro. Debatimos con los estudiantes cómo podríamos hacerlo. Fue difícil encontrar el modo. Muchas cosas no funcionaron:

  • Pensamos que cada uno de nosotros podría leer la Biblia a solas y, una vez al mes, nos reuniríamos para debatir acerca de lo que habíamos leído. Esto no funcionó porque muchos de nosotros no encontramos tiempo para leer.
  • Intentamos reunirnos para leer el pasaje bíblico y discutirlo. Pero esto tampoco funcionó porque estábamos leyendo pasajes aislados y era muy difícil ver una conexión entre ellos.
  • Tuvimos problemas para encontrar tiempo para que el grupo se reuniera.
  • Tuvimos dificultades para decidir cómo podríamos hacer las lecturas con tantos planes de lectura disponibles.

Al final, decidimos leer la Biblia entera en tres meses. Nos ayudamos los unos a los otros reuniéndonos dos veces por semana para leer y discutir los pasajes juntos. Descubrimos que la mejor hora para reunirnos eran las 6:00 de la mañana. Como no teníamos sitio para reunirnos, nos veíamos en un café-bar. Era estupendo porque nos daba la oportunidad de hablar acerca de lo que estábamos haciendo con el camarero, el responsable de la barra y el resto del personal.

Fue una experiencia difícil porque ya hacia el final luchábamos con nuestras lecturas. Si nos perdíamos un día, teníamos que leer el doble al día siguiente. Ahora, los tres meses han terminado: uno de nosotros terminó a tiempo y tres de nosotros terminamos dos semanas más tarde.

Estamos muy contentos con lo que hicimos. Por ello, decidimos leer la Biblia dos veces este año – una vez en seis meses y una vez en tres meses. Hemos empezado a orar por octubre de 2012 porque es nuestro deseo que cada uno de nosotros esté involucrado con tres personas más para leer la Biblia el año que viene.

¿Mereció la pena la experiencia? Fue una de las mejores experiencias de mi vida cristiana: el gozo de leer juntos, estudiar juntos, discutir juntos y empezar el día con Dios era una experiencia que nunca cambiaría por nada. No se ha acabado. Estoy esperando hacer esto con otro grupo y ver cómo los estudiantes lo hacen con sus nuevos grupos.

La pregunta es: ¿Leer la Biblia? ¿Cómo podemos ayudar a los estudiantes a hacerlo? Mi experiencia y respuesta es: LEA CON ELLOS.

Juljan Muhameti, obrera de BSKSH (IFES Albania)
juljan.muhameti (at) gmail.com

¡¿Le han dejado solo?!

En la comunidad cristiana se nos habla de la importancia de pasar tiempo a solas en la Palabra de Dios.

A veces se nos da formación en la lectura personal de la Biblia.

A veces nos dejan solos para vivir este aspecto importante de su vida.

Quizá su contexto sea diferente, pero parece que esto ocurre con frecuencia. A solas, muchos estudiantes luchan. Quieren pasar tiempo en la Palabra de Dios, pero se encuentran con muchos obstáculos. ¿Deben sobreponerse a ellos solos? Por definición, la lectura bíblica es algo que hacemos solos. ¿Significa acaso que debemos luchar solos?

La primavera pasada, un estudiante suizo envió un cuestionario acerca de la lectura de la Biblia a estudiantes en Suiza y Francia. Una de las preguntas era: ¿Qué les animaría a leer la Biblia?

Muchas de las respuestas apuntaban a la misma dirección:

  • “Definir un pasaje bíblico de antemano que todo el mundo deba leer durante la semana y compartir acerca del texto la próxima vez que nos reunamos.”
  • “Decidir usar el mismo plan de lecturas en nuestro grupo estudiantil. Todos leemos los mismos pasajes y entonces compartimos acerca de ellos. Creo que esto sería muy motivador.”
  • “El tener amigos que leen el mismo pasaje bíblico el mismo día. Eso me daría mucha presión positiva.”
  • “Establecer todas las semanas mini-grupos de dos personas que lean el mismo pasaje bíblico y que compartan acerca de lo que han leído.”

Otras respuestas fueron muy parecidas. Estos estudiantes quieren un contexto de comunidad para sus lecturas personales de la Biblia. Sus sugerencias merecen ser probadas. Recientemente, un estudiante escribió diciendo que él y un amigo suyo leen un capítulo de la Biblia al día. Durante el día, se intercambian mensajes de texto acerca de sus lecturas. Él comparte: “Compartir nos ha ayudado mucho a disfrutar de la lectura de la Biblia.”

Estas no son las únicas formas de crear un contexto comunitario para la lectura personal de la Biblia. ¿Qué otras experiencias o ideas le vienen a la mente?

Tiempo a solas en la Palabra de Dios. Tiempo para profundizar en la intimidad de nuestra relación con Jesús. Tiempo para detenernos, recibir y recuperar la perspectiva en nuestras vidas diarias. No nos dejemos solos en esta faceta tan importante de nuestra fe.

Sabine Kalthoff

Estudios Bíblicos Nocturnos en Burkina Faso

Hace cinco años, tuvo lugar el primer estudio bíblico nocturno en nuestra comunidad. La idea es darles a los estudiantes una oportunidad de reunirse y pasar un tiempo largo estudiando la Biblia. Como los días suelen estar muy ocupados y las reuniones semanales habitualmente duran entre una y dos horas, pensamos usar las noches. Las veladas de oración era una práctica común, por lo que decidimos usar las noches de una forma similar para estudiar la Biblia. Nos anima mucho ver cómo esta actividad ha ido extendiéndose de una ciudad a otra.

¿Cómo es un estudio bíblico nocturno? Habitualmente dedicamos entre 60 y 90 minutos a cada estudio bíblico. Las actividades suelen desarrollarse en grupos pequeños usando diferentes métodos creativos para estudiar la Biblia. El 30 de abril de 2012, se reunieron cerca de 200 estudiantes de escuelas secundarias y terciarias de Koudougou. El tema principal de la noche era “Este libro de la ley no se apartará de tu boca” (Josué 1:8, LBA). Fue impresionante ver a tantos estudiantes pasando la noche entera alrededor de la Biblia, buscando mejorar su relación con Dios.

Este era el programa:

19:30Bienvenida, oración y alabanza.
20:20-21:50Estudio bíblico sobre Santiago 1:16-25
22:00-23:30Exposición bíblica
00:15-1:45Estudio bíblico sobre Hechos 17:1-12
1:55-3:25Estudio bíblico sobre 2 Timoteo 3:10-17
3:50-4:20Estudio bíblico sobre Josué 3:1-17
5:00Oración de cierre

Los estudios bíblicos se hicieron usando aproximaciones diferentes, por ejemplo “cabeza, corazón, manos” o “periodista de un periódico de Jerusalén”. Los tiempos de alabanza y los descansos se intercalaban entre las sesiones de estudio bíblico.

Youl Juliette asistió al evento en Koudougou: “Aprendí mucho de esta noche. Solía leer la Biblia de una forma superficial, pero los distintos métodos utilizados esta noche me permitieron hacerme preguntas acerca del texto y así entenderlo mejor.”

Nignan Emmanuel, un estudiante de secundaria, vino por segunda vez. Nos cuenta acerca de su primera experiencia: “Aprendí a leer, meditar y examinar las Escrituras. Antes de esta experiencia, no estaba tomándome las cosas tan en serio. También aprendí que había varios métodos de estudiar la Biblia y algunos de ellos son fáciles de usar.”

Repetidas veces oímos a los estudiantes decir que estas noches de estudio bíblico han alimentado su amor y su pasión por el estudio bíblico. ¡Gracias a Dios!

Dieudonné Tindano
Asociado del Departamento de Estudio Bíblico, Burkina Faso
Tindieu (at) yahoo.fr